editorial de un loco
E
n internet es fácil encontrar
comunidades, grandes y pequeños grupos enfocados en
un tema en común pero muchos de aquellos grupos no
llegan a durar tanto tiempo. Se
diluyen, se pierden, se olvidan.
Es por eso que, si pienso en
que Usaka ya cumple 6 años,
lo considero un logro muy valioso, ya que demuestra que
nuestra familia cuenta con
los lazos requeridos y la fuerza
suficiente para mantenerlos
unidos, y esa es la base de su
futuro.
En mis (creo ya) cuatro
años en Usaka, he compartido junto a esta familia todo
tipo de experiencias y emociones. En repetidas ocasiones comenté que lo que más
me sorprendió de Usaka era
esa calidez fraternal que se
podía sentir en el grupo.
Existen artistas de mucho nivel en Usaka y otros como yo
a los que les falta mucho por
aprender, pero eso no resulta
un impedimento para que todos nos sintamos como iguales,
como personas que compartimos una misma pasión, que tenemos el deseo de superarnos
y que nos apoyamos de manera mutua para lograrlo.
Antes de entrar a Usaka, se
podría decir que yo “dibujaba
sola”. No conocía personas
con las que podía compartir
esa experiencia o que sintieran
las cosas que yo sentía al dibujar. Tengo la suerte de haber
conocido mucha gente que,
al igual que yo, ama dibujar, y
comprenden y comparten dicha pasión, pero Usaka fue mi
primer contacto con otros artistas y, en aquel entonces, yo
nunca hubiera imaginado que
podía encontrar algo similar a
esto en la red.
En la familia aprendí a valorarme como artista. Nunca
había tomado en serio mis
propios dibujos, eran apenas un pasatiempo para mí,
nunca había pensado en si
quería llegar lejos con eso,
o mejor dicho, si quería intentarlo.
Pero cuando entre a
la Familia me sentí muy
inspirada por la dedicación que tenían muchos
de sus miembros, y me
di cuenta de lo mucho que en
realidad me importaba dibujar, empecé a tomar mis proyectos más en serio, comencé a esforzarme por mejorar y,
junto a Usaka, me divertí mientras mejoraba.
Y entendí que esto es a lo
quiero dedicar mi vida. Y siempre que me sea posible voy
a colaborar con Usaka en lo
que haga falta, quiero que sigamos creciendo, quiero que
sigamos mejorando, y quiero
que mucha más gente llegue
a comprender lo maravilloso
que puede ser todo este equipo. Quiero que todos lo apoyemos, y luego sentirnos orgullosos de lo que logremos.
Y como dije, el mayor valor
en Usaka son los lazos, las personas que conocí, las experiencias que viví, los sentimientos que compartí, son lo que
hacen de Usaka algo muy especial para mí, algo que creo
que nunca voy a olvidar, algo
que sigo sintiendo cada vez
que pienso en esta comunidad, que como ninguna otra
lleva bien puesto el nombre
de “Familia”
¡Felicidades Familia Usaka!
Por muchos años más.