LA JUANA I | Page 18

Nuevamente me lanzo a la batalla a pesar de que mi legión es muy poca en número, y que mis adversarios celebran temprano mi fracaso, mi derrota. Ellos aplauden y bailan alrededor de la fogata, observando que soy juguete de la situación y de mis sentimientos...Que creo con el alma y siendo honesta quiero abrirme y también compartir; no obstante, algo pasa...El cielo se vuelve púrpura, ruge y ya no hay lugar para mí. Otra vez lanzada de un lado a otro. En el pánico de la escena, donde me encuentro al desnudo; de odio me revisto, vestimenta ceñida y amarga, miento para ocultar las heridas, insulto a quien sea, alejándolos de mí, sola y con los huesos dañados en unas escalinatas me siento.

Nuevamente me lanzo a la batalla a pesar de que mi legión es muy poca en número, y que mis adversarios celebran temprano mi fracaso, mi derrota. Ellos aplauden y bailan alrededor de la fogata, observando que soy juguete de la situación y de mis sentimientos...Que creo con el alma y siendo honesta quiero abrirme y también compartir; no obstante, algo pasa...El cielo se vuelve púrpura, ruge y ya no hay lugar para mí. Otra vez lanzada de un lado a otro. En el pánico de la escena, donde me encuentro al desnudo; de odio me revisto, vestimenta ceñida y amarga, miento para ocultar las heridas, insulto a quien sea, alejándolos de mí, sola y con los huesos dañados en unas escalinatas me siento.

Hago un estúpido balance de duelos y venganzas, pensando con una alegría cínica y fingida que estoy satisfecha, que soy feliz. Me escucho, esa voz, repleta de rencor, orgullo y ego, esa manera despreciativa de mis cuerdas vocales a nombrar a mis dulces Valkirias, que me cantaron en tonadas simples partes de la verdad que ya sé.