La Falsificación de la Realidad La Falsificación de la Realidad | Page 82

La Falsificación de la Realidad Las organizaciones judías internacionales (con un centro director que es el eje israelí-norteamericano -que funciona con la metodología del ex PCUS- y delegaciones dependientes) coexistió y sobrevivió a la guerra fría. Su objetivo principal, la supervivencia nacional del Estado de Israel, lo logró a través de tres movimientos simultáneos: participando activamente en la guerra fría contra el enemigo comunista a través de guerras de baja intensidad en distintas partes del mundo; imponiéndose en guerras convencionales dentro de la propia región, y articulando la actividad de las "delegaciones nacionales" con el objeto de que ellas se constituyan en organizaciones subalternas y disciplinadas de un gran ejército al servicio de la supervivencia del Estado judío. La supervivencia del Estado de Israel hubiese sido un hecho imposible e impensable sin la activísima participación que han tenido, desde la fundación de ese Estado en 1948, las principales delegaciones "nacionales" del sionismo internacional. Cuanto más importante era la comunidad judía inmigrante (o de origen inmigrante) instalada en un país determinado, tanto mayor era la importancia militar que el sionismo le adjudicaba a esa delegación/destacamento. Es dentro de esta lógica inexorable que muchas personas de origen judío pero que no se manifiestan como judíos, quedan prisioneras de un proyecto que le es ajeno en la mayoría de los casos, individualmente considerados. Son las organizaciones "delegadas" designadas por el judeo-sionismo las que lo representan institucionalmente. Así, las comunidades judías juegan un papel militar y paramilitar de primera magnitud en todos y en cada uno de los combates entablados por el Estado judío contra sus enemigos regionales (mundo árabe-musulmán), contra sus enemigos globales (ex URSS) y, ahora, en el conflicto civil interior.