La Falsificación de la Realidad La Falsificación de la Realidad | Page 77
Norberto Ceresole
A partir de una hipótesis "antiterrorista" que parece elaborada por cretinos y
para cretinos, carente de toda coherencia, carente sobre todo de testigos fiables
y de móviles racionales, la Argentina neo-bananera está hoy en la vanguardia de
la lucha de Occidente contra el demoníaco mundo musulmán.
Un aspecto especialmente grave de la hipótesis antiterrorista adoptada e
instalada en el origen del "conflicto" Argentina-Irán -que no es un conflicto
original, sino derivado- es que ella hace tabula rasa con importantes
conclusiones técnicas y jurídicas elaboradas y difundidas por la Suprema Corte
de Justicia de la República Argentina, que es el máximo organismo del Poder
Judicial de ese país. El desarrollo de esa hipótesis antiterrorista, en este caso
concreto, implica realizar un previo descuartizamiento de los poderes públicos
del devenido pseudo Estado neobananero, socio junior de la OTAN.
El tratamiento que el mundo judeo-cristiano le ha dado a los atentados
terroristas de Buenos Aires es el mismo que le otorga a los innumerables
atentados terroristas que jalonan el conflicto árabe israelí. Los bombardeos
judíos al Líbano, por ejemplo, son definidos como "acciones militares". Las
respuestas militares de la resistencia nacional libanesa son "actos terroristas".
No existe un sólo señalamiento que indique el origen de los atentados que se
producen en numerosos países árabes, en Egipto y en Líbano, particularmente,
excepto que ellos son el producto del "terrorismo islámico": fantasma genérico
detrás del cual estaría siempre el omnipotente y omnipresente Estado Iraní. Ni
el Estado ni las organizaciones militantes judías han cometido jamás ningún
acto de terrorismo. Es más: por definición no existiría un terrorismo judío,
stricto sensu.
En este mismo espacio ideológico las matanzas argelinas son acciones del
"terrorismo islámico" (26). El asesinato de Rabin, el crimen justiciero de
Goldstein y otros cientos de atentados producidos dentro de las fronteras del
sacrosanto Estado de Israel siempre fueron el producto, naturalmente, de
"locuras individuales". Y, por supuesto, está penalizado judicialmente cualquier
intento de relacionar al fundamentalismo judío, que es inexistente, según los
cánones occidentales actuales, con los atentados de Buenos Aires (27).
Lo único cierto es que, en la escala del Oriente Medio y del Asia Central, se está
acelerando un proceso militar y estratégico orientado a cercar -para luego
eliminar- a la República Islámica de Irán. Se está buscando aceleradamente
una "tierra de paso" para los ejércitos de "Occidente" que tendrán que luchar
contra el "oscurantismo persa", ahora en este primer conflicto intercivilizaciones
contra el "no Occidente". Alguien, muy pronto, reivindicará la función histórica
de la "democracia griega" contra las "dictaduras orientales"; es probable que se
busque la reedición de la victoria de los atenienses sobre los persas en
Salamina (449 adc).
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