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La Falsificación de la Realidad
inteligencia empeñados en una confrontación global contra una civilización, la
islámica, que está siendo aceleradamente satanizada.
Vista desde el extremo sur de la América del sur, la idea de la "guerra entre
civilizaciones" surge como una mera proyección estratégica de las necesidades
israelíes para sobrevivir en lo que los judíos han transformado en un "medio
hostil: el mundo árabe fracturado por la propia presencia israelí en la zona. La
inmensa mayoría de la humanidad no tiene ninguna necesidad de esa guerra.
Sólo los judíos la necesitan, y el señor Samuel Huntington la escribe para ellos.
Nación judía y Estado multinacional
Algunos sectores de la sociedad argentina se están acercando peligrosamente a
la aceptación de la vieja idea originaria de la Europa Iluminista por la cual debe
existir una "emancipación política" de la comunidad judía instalada como
"huésped" dentro de un Estado ajeno. Esa "emancipación política" se podría
resolver -se sugiere-aceptando una nación distinta -la "nación judía"- dentro de
un Estado multinacional. El Estado argentino ya ha reconocido la
"independencia" de ciertas regiones administrativas vitales, como la ex Capital
Federal, o Ciudad de Buenos Aires -donde existe la máxima concentración
demográfica judía. De la misma manera podría reconocer dentro de sí a un
pueblo que se rige por leyes propias.
Tampoco nunca como hoy, ni aún en los tiempos de la total hegemonía
británica sobre Buenos Aires, había sido tan amplia la aceptación y el consenso
otorgado a esa situación hipercolonial por la práctica totalidad del espectro
político con representación parlamentaria ("Todos somos judíos" clamaron a
coro los políticos "opositores", poco después del 18 de julio de 1994). Tampoco
se escuchan voces disidentes de ningún otro sector de la vida nacional:
universidad, empresas, medios de comunicación, sindicatos, etcétera. Tampoco
se escucharon luego del magnicidio del general Rabin. Casi todos saben o
sospechan, pero nadie abre la boca. Tal vez la Argentina haya dejado de
pensarse a sí misma como comunidad de destinos. Tal vez ya se acepte como
país inviable, intervenible, digerible.
La "oposición democrática" -ya conocida popularmente en la Argentina como
"sinagoga democrática"-, desde el autotitulado "partido radical" hasta la "centro-
izquierdista" FREPASO, también cumple fielmente con el rol asignado en esta
tragicomedia. En un reciente informe redactado por esa "oposición democrática"
en relación con los atentados terroristas judíos, destacan principalmente las
críticas a la Suprema Corte de Justicia de la República Argentina, quien fue la
única institución en emitir un sólido informe técnico donde se señala que la de
la Embajada (de Israel) no fue una "explosión" sino una "implosión": es decir, un
estallido en el interior del edificio. La "oposición democrática" acusa a la Corte
Suprema de Justicia de haber elaborado el antedicho Informe, cuyos estudios
técnicos fueron delegados en la Academia Nacional de Ingeniería, con el objeto
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