La Falsificación de la Realidad La Falsificación de la Realidad | Page 61

Norberto Ceresole 17.- Entre ellas la Embajada de Israel en Buenos Aires. 18.- Gershon Weiler, La Tentation Théocratique, Israël, la Loi et la politique, Calman-Lévy, París, 1988, p. 325 y ss. En Esdras 7- 25, 26 se dice: "Y tú Esdras, conforme a la sabiduría de tu Dios, que posees, establece escribas y jueces que administren la justicia a todo el pueblo..., a todos los que conocen la Ley de tu Dios. A quienes la ignoran habréis de enseñársela. A todo aquel que no cumpla la Ley... aplíquesele una rigurosa justicia: muerte, destierro, multa en dinero o cárcel". Utilizamos la edición española de la Biblia de Jerusalén. 19.- Menahen Friedmann, L'Estat d' Israël comme dilemme théologique, en Religion et politique en Israël, Cerf, París, 1990. 20.- Emmanuel Haymann, Au coeur de l'intégrisme juif, op. cit., p. 11 21.- Citado por Uri Dan y Dennis Eisenberg, en Crimes D'Etat, Belfond, París, 1996, p.53 y ss. A partir de la pag. 231 estos dos autores israelíes hacen una extensa referencia al asesinato por judíos fundamentalistas de Haim Arlosoroff, ocurrido en 1933. La propia viuda de Rabin establece esa relación. En lo que respecta a la estrecha conexión entre la "magia negra" cabalística y el fundamentalismo judío, los autores señalan que el asesinato de Rabín debe ser analizado "... en el espacio de la magia negra que ha entornado esa muerte" (p.258). 22.- Amnon Kapeliuk, Rabin, un assassinat politique, religion, nationalisme, violence en Israël, Le Monde, París, 1996. 23.- La hipótesis fue automáticamente aceptada, por supuesto, por el juez argentino Juan José Galeano, a cargo de la causa AMIA. Sin embargo, el destino le depararía una sorpresa desagradable. El juzgado trató de fundamentarla en base a las declaraciones de un testigo, Pedro Fonseca, quien declaró que unos días antes del atentado a la AMIA había sido contratado por un tal "Jorge", quien le habría pagado nada menos que 100.000 dólares para custodiar lo que después se convirtió mágicamente en el "coche-bomba", una misteriosa camioneta modelo "Trafic". Según la nota periodística (Clarín, Buenos Aires, 30 de enero de 1998), esa "confesión (de Fonseca) movilizó (en su momento) a la policía y al juzgado, desde donde se ordenaron allanamientos en todo el país, se ordenaron pericias, se llamó a declarar a más de veinte testigos y hasta se intervinieron teléfonos". Varios años después de esa declaración sobre la que sustentó, en gran parte, la hipótesis del "coche- bomba", durante la tercera semana de enero de 1998, Fonseca volvió a presentarse a la policía, pero ahora con un nuevo argumento: quien lo había contratado en 1994 no era "Jorge", sino el mismísimo comisario Juan José Ribelli, uno de los oficiales de la policía de Buenos Aires detenido por complicidad "circunstancial" con el atentado. El juez trata de probar que una cuenta corriente de Ribelli, a todas luces proveniente de los fondos negros de la policía, tiene relación con el pago que los terroristas islámicos le hicieron por la fantasmal Trafic, o "coche- bomba". La nueva falsa denuncia de Fonseca fue demasiado, hasta para el propio Galeano: no tuvo más remedio que detenerlo e iniciarle una causa por falso testimonio. Así están las cosas en una Argentina cuyos poderes públicos están obscenamente manipulados por el poder judío. 61