La Falsificación de la Realidad La Falsificación de la Realidad | Page 349
Norberto Ceresole
no rusos) y, sobre todo, marginales (no asimilados, y despreciados por los judíos
asimilados alemanes, franceses e ingleses), que explotan una revolución
realizada en nombre de un proletariado (ruso) inexistente. En el medio de esa
revolución existió un importante proceso de rusificación (Stalin) frustrado por
una distorsión ideológica localizada en el nacionalsocialismo alemán. En la
decadencia del proceso existió otro grupo de judíos "reformistas", que emergen
del mismo seno del PCUS (más concretamente, del Komsomol), que comenzaron
a construir la sociedad burguesa en una sociedad sin burguesía, y la
"democracia", en una sociedad sin tradiciones democráticas en absoluto. Hoy
son ellos, esos banqueros judíos producidos por el PCUS, los que controlan casi
en exclusiva los destinos de Rusia.
El llamado "socialismo real" no fue más que un socialismo pagano. Esto es, una
forma política correspondiente a una cultura "primitiva". El mundo pagano -no
religioso- no puede sino generar un Estado primitivo, carente de las
complejidades del mundo posindustrial; incapaz de procesar esas
complejidades.
Ello produce no sólo una cultura no-democrática. El Estado pagano-primitivo
fija en el tiempo una sociedad sin individualización. Así, la vida social y la
individual transcurrieron, durante la época del "socialismo soviético", en dos
planos separados y opuestos. Lo general (Estado, sociedad) y lo particular
(individuo), discurrieron en niveles y en compartimientos estancos. Hubo un
conflicto insuperable entre los dos niveles de la existencia. El Estado primitivo-
pagano excluye la particularidad: la vida individual es un crimen, es decir, una
oposición activa de lo particular a lo general.
A partir de allí se buscó la "democracia" como forma de superar esa dicotomía,
que sin embargo no hizo más que agudizarla. El Islam no necesita de la
"democracia" para encontrar la individualización de las personas que integran
la comunidad (Umma).
La grandeza y la trascendencia histórica de la Revolución islámica en Irán, así
como el enorme significado que asume la Resistencia Nacional Libanesa de
Hezbollah, consiste en que constituyen hechos que emergen cuando la idea de
revolución -es decir, de justicia- parecía una idea vencida en el mundo entero, y
cuando la idea de dignidad y de libertad nacional parecía un mero recuerdo
perteneciente al pasado. La lucha por la justicia y por la dignidad de los
hombres y de los pueblos comenzó a adquirir una nueva dimensión, justo en el
momento en que esa lucha parecía perdida.
A partir de Imam Jomeini queda claro que no hay revolución sin eternidad. Que
el hombre, el actor revolucionario, no es un simple eslabón en la "mecánica de
la historia". Es el fundamento de un complejo sistema planificado por Dios. Pero
en ese "sistema" el hombre tiene una enorme libertad y, consiguientemente, una
enorme responsabilidad. Los "espacios individuales de libertad" están dentro de
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