La Falsificación de la Realidad La Falsificación de la Realidad | Page 345
Norberto Ceresole
No olvidemos en ningún momento que estamos hablando de la existencia de un
cáncer en el interior del mundo islámico que se llama Estado de Israel. Esa
realidad geopolítica, ideológica y religiosa lleva al límite, casi al paroxismo, la
crisis de la cultura árabe-secular que se inicia con el triunfo de la modernidad
en Occidente. La modernidad occidental se manifiesta como superioridad
respecto de Oriente en todos los campos, desde la tecnología militar hasta las
doctrinas políticas. Esa superioridad, que luego se transforma en hegemonía, se
inicia con el fracaso del ejército musulmán otomano ante las puertas de Viena,
en 1683.
Es indudable que la actual guerra entre el mundo musulmán y el Estado de
Israel es una guerra de supervivencia, es decir, una guerra religiosa. Quien
caiga derrotado en esta guerra sucumbirá durante un muy largo período
histórico. Esta realidad realza la importancia de la religión en tanto ideología, en
general; y del Islam, en tanto ideología resistente no secularizada, en particular,
frente a un judaísmo instrumentalizado en función política y estratégica por el
Estado de Israel y por los Estados Unidos de Norteamérica.
Pero otro proceso se desarrolla en paralelo. Desde hace casi tres décadas el
judaísmo trata de absorber teológicamente al cristianismo y, en especial, al
catolicismo. Él trata de convertirse en la ideología hegemónica del mundo
occidental. En ese sentido, el mundo occidental ya no es "evangélico-católico",
sino judeo-cristiano. El deterioro que produjo la secularización del cristianismo
-tanto en su versión evangélica (protestante, o luterano-calvinista) como en su
versión romano-católica, no fue un fenómeno ajeno a esta progresiva hegemonía
ideológica que el judaísmo está alcanzando en Occidente.
Así, mientras el mundo islámico mantiene una guerra de religión defensiva
contra las agresiones de la interpretación imperialista del judaísmo, que hoy
hace la dirigencia judía en Oriente Medio y en el resto del mundo occidental, esa
misma dirigencia judía pretende y avanza hacia la hegemonía religiosa e
ideológica en el seno del propio Occidente.
Pero además hay otro factor que incide sobre el mundo árabe-musulmán. Es la
corriente del progresismo laico europeo que sostiene que los graves problemas
que hoy debe afrontar esa región del mundo no encontrarán soluciones
mientras esas sociedades, las árabe-musulmanas, no adopten sistemas
políticos democráticos. Los principales ideólogos de esa corriente del
orientalismo europeo ignoran -o fingen ignorar- que la crisis de la democracia
entendida como sistema de representación política, es uno de los núcleos de la
decadencia cultural del Occidente como un todo, en los tiempos actuales. ¿Cuál
es la lógica subyacente de esta intención de "exportar" un sistema que ya está
en crisis irreversible allí mismo donde nació?
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