La Falsificación de la Realidad La Falsificación de la Realidad | Page 344

La Falsificación de la Realidad ideas y por sus hombres, hunde sus raíces en el humus del doriotismo, es decir, de nuestro fascismo local. El Frente Nacional dice ser ‘ante todo francés’. ¡Impostura! Es un partido que, en todas las crisis mediáticas en las que su país se encuentra implicado, toma sistemáticamente partido por el adversario: el FIS en Argelia, Sadam Husein en Irak, los flamencos anti-franceses en Bélgica, etcétera". Querido lector, en este punto debo confesarle que yo también estoy con los "adversarios de Francia", según Levy, por lo menos con Sadam y con el FIS, para mencionar sólo lo mencionado. Cuando Levy habla de "doriotismo" se está refiriendo a uno de los líderes más capaces de la Francia de este siglo: Jacques Doriot, francés y patriota. La crisis de la secularización El núcleo de la crisis del mundo cristiano-occidental está localizado en su securalización, es decir, en un avance ya casi irreversible de la "erosión de la Fe". El mundo cristiano-occidental ha perdido la Fe, y a partir de allí surgen las políticas sin el hombre (o a partir de un hombre des-almado o des- espiritualizado, que es lo mismo): surge el "crecimiento económico" al margen de las necesidades humanas, surge un "mundo virtual" que promete goces sin límites al margen de los sufrimientos reales del mundo real. Surge, en definitiva, lo que es hoy la cultura occidental: un hecho aberrante que se mantiene en base a una posición de fuerza material, exclusivamente. Asimismo, la influencia judía sobre Occidente produce una evidente distorsión sobre su percepción en torno a lo que ocurre en el mundo árabe y musulmán. A partir de su extraordinaria influencia lograda con el control de los sistemas informativos occidentales (prensa, radio, televisión, cine, editoriales, etc.), el judaísmo distorsiona la visión de Occidente, que es impulsado a pensar que los movimientos islámicos practican la "violencia terrorista" y no son más que "residuos del pasado" dentro de un "nuevo orden mundial". La política europea sobre el mundo árabe y musulmán está particularmente afectada por esa distorsión lograda por la creciente influencia del judaísmo sobre Occidente. Es por ello que en estos momentos es tan importante clarificar la posición del Islam en Occidente como reforzar la propia historia y cultura occidental contra la influencia judía. Occidente y judaísmo no son la misma cosa. Por el contrario, durante largos períodos históricos fueron realidades antagónicas. Cuando hablamos de diálogo entre el Islam y Occidente nunca debemos olvidar que ambos mundos, el cristiano-occidental y el islámico-oriental, sufren en estos momentos crisis importantes. La ventaja del mundo islámico-oriental es que su cultura -a pesar de haber pasado y de estar pasando por gravísimas crisis- no ha perdido el enorme valor humano de la religiosidad. La cultura islámica no se ha secularizado y ese hecho permite planificar una resistencia política y militar ante el hegemonismo occidental, cuya vanguardia es indudablemente el Estado de Israel y su ideología de Estado oficial: el nacional- judaísmo. 344