La Falsificación de la Realidad La Falsificación de la Realidad | Page 324

La Falsificación de la Realidad puede ignorarlos. Esto quiere decir que existe un extenso e intenso conocimiento histórico acumulado, de naturaleza científica; lo que significa análisis con base documental. La respuesta de los intelectuales judíos a esa enorme masa de conocimientos -que sale a luz día a día y que pone en ridículo las primitivas versiones dadas por los vencedores de la segunda guerra mundial- es la del show de la "Memoria". Museos llenos de fotos que nadie sabe ni dónd e ni cuándo fueron tomadas, ni quiénes son los fotografiados; y sobre todo, grandes monumentos, construidos a la escala del "realismo socialista" o de la misma arquitectura fascista. En definitiva: ciencia histórica "gentil" versus Mitología judía. No existe ni jamás podrá existir una literatura judía que sea, al mismo tiempo, científica y antirrevisionista. La eventual construcción del Denkmal für die ermordeten Juden Europas sería un hecho doblemente aberrante para Alemania y los alemanes todos. Porque no sólo estaría cimentado en una gran mentira, la del "Holocausto". Sería específicamente perverso porque la simbología de ese monumento negaría la existencia del genocidio alemán, es decir, de las masacres que cometieron los Aliados victoriosos sobre la población civil alemana ya vencida al finalizar la llamada segunda guerra mundial. Para Alemania, la mera existencia de ese monumento sería la ruptura total de su identidad nacional; tendría el significado simbólico de ser la negación de las víctimas civiles alemanas de la inmediata posguerra, que superan con creces la mítica cifra de "los seis millones". El historiador canadiense James Bacque publicó un libro "sísmico" titulado: Crimes and Mercies: The Fate of German Civilians Under Allied Occupations 1944-1950, Little, Brown and Company, Toronto, 1997 (la traducción castellana sería: "Crimen y Misericordia: el destino de los civiles alemanes bajo la ocupación aliada, 1944-1950"). El propio autor define su libro como una historia de la mayor atrocidad cometida por Occidente a lo largo de toda la historia: la muerte de millones de civiles alemanes en manos de los Aliados, una vez finalizada la guerra. Las armas del crimen, en este caso, fueron múltiples: hambre, torturas, condenas a muerte dictadas en forma sumaria, traslado de grandes masas de población en vagones de ferrocarril utilizados para el ganado, y un largo etcétera de otras acciones violentas. En definitiva la aplicación del Plan Morgenthau. Durante esa época decenas de miles de alemanes y alemanas se suicidaron. En la página 131 de su obra, el autor expone estadísticas, que están extensamente fundamentadas a lo largo de todo el trabajo: 324