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La Falsificación de la Realidad
puede ignorarlos. Esto quiere decir que existe un extenso e intenso
conocimiento histórico acumulado, de naturaleza científica; lo que significa
análisis con base documental. La respuesta de los intelectuales judíos a esa
enorme masa de conocimientos -que sale a luz día a día y que pone en ridículo
las primitivas versiones dadas por los vencedores de la segunda guerra
mundial- es la del show de la "Memoria". Museos llenos de fotos que nadie sabe
ni dónd e ni cuándo fueron tomadas, ni quiénes son los fotografiados; y sobre
todo, grandes monumentos, construidos a la escala del "realismo socialista" o
de la misma arquitectura fascista. En definitiva: ciencia histórica "gentil" versus
Mitología judía. No existe ni jamás podrá existir una literatura judía que sea, al
mismo tiempo, científica y antirrevisionista.
La eventual construcción del Denkmal für die ermordeten Juden Europas
sería un hecho doblemente aberrante para Alemania y los alemanes todos.
Porque no sólo estaría cimentado en una gran mentira, la del "Holocausto".
Sería específicamente perverso porque la simbología de ese monumento
negaría la existencia del genocidio alemán, es decir, de las masacres que
cometieron los Aliados victoriosos sobre la población civil alemana ya
vencida al finalizar la llamada segunda guerra mundial. Para Alemania, la
mera existencia de ese monumento sería la ruptura total de su identidad
nacional; tendría el significado simbólico de ser la negación de las víctimas
civiles alemanas de la inmediata posguerra, que superan con creces la
mítica cifra de "los seis millones".
El historiador canadiense James Bacque publicó un libro "sísmico" titulado:
Crimes and Mercies: The Fate of German Civilians Under Allied Occupations
1944-1950, Little, Brown and Company, Toronto, 1997 (la traducción castellana
sería: "Crimen y Misericordia: el destino de los civiles alemanes bajo la
ocupación aliada, 1944-1950"). El propio autor define su libro como una
historia de la mayor atrocidad cometida por Occidente a lo largo de toda la
historia: la muerte de millones de civiles alemanes en manos de los Aliados, una
vez finalizada la guerra. Las armas del crimen, en este caso, fueron múltiples:
hambre, torturas, condenas a muerte dictadas en forma sumaria, traslado de
grandes masas de población en vagones de ferrocarril utilizados para el ganado,
y un largo etcétera de otras acciones violentas. En definitiva la aplicación del
Plan Morgenthau. Durante esa época decenas de miles de alemanes y alemanas
se suicidaron. En la página 131 de su obra, el autor expone estadísticas, que
están extensamente fundamentadas a lo largo de todo el trabajo:
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