La Falsificación de la Realidad La Falsificación de la Realidad | Page 32

La Falsificación de la Realidad llamado "modelo argentino" fue entendido como coexistencia de etnias y de culturas distintas que se fueron superponiendo -a partir de sucesivas olas inmigratorias- a la base demográfica original de raíz hispano-criolla. Es precisamente ese "modelo argentino" lo que "estalla" a partir de los atentados terroristas que se analizan en este libro. Todo el marco social demográficamente acumulado desde el inicio del desarrollo del "modelo argentino" fue severamente agredido, según la hipótesis que sustentamos, por una de las culturas étnicas (en realidad, genéticas) integrantes de ese conjunto. La agresión al modelo demográfico argentino acumulado durante más de un siglo provino de un grupo específico -y, sobre todo, "diferente"- integrante del genos judío. Pero para ocultar el crimen de ese grupo, el Estado protector de la etnia, y la etnia en su totalidad, realizan una tarea de encubrimiento cuyo estudio debería ser materia obligada para los estadistas de todos los países del planeta (las distinciones entre genos y ethnos se desarrollan en el Capítulo 4). Fueron dos los actos criminales que se suceden en el tiempo, sin solución de continuidad. Las agresiones propiamente dichas (que también fueron dos) y el encubrimiento (falsificación de la realidad) inmediato y automático de esas agresiones. En el primer acto de la secuencia criminal -los dos atentados terroristas propiamente dichos- participa sólo el fundamentalismo judío (es decir, el judaísmo genético); en el segundo, el propio Estado de Israel y, por ósmosis y principios básicos de lealtad, la práctica totalidad de la comunidad judía internacional y de la comunidad judía residente en la Argentina (judaísmo étnico). Es así como uno de los segmentos culturales constitutivos del "modelo demográfico argentino" elimina de raíz la viabilidad que originalmente se encontraba en sus mismos fundamentos. Ya no es posible pensar a la Argentina como "crisol de razas". A partir de este momento, la supervivencia de la Argentina depende de la velocidad que su sociedad le imprima al movimiento que lleve al Estado-nación a fundamentarse de otra manera, lo más lejos posible del fenecido "crisol del razas". Las bombas de Buenos Aires destruyen un modelo de país, desde el mismo momento en que una de sus culturas étnicas integrantes reclama para sí derechos diferenciados pero sobre todo superiores a los del resto de una comunidad conformada a partir de sucesivos aportes inmigratorios. Los "aparatos culturales" de esa sociedad -casi todos y casi siempre en manos de la etnia agresora- pretendieron ignorar, hasta donde les fue posible, su fundamento demográfico original: el subsuelo cultural hispano-criollo, entendido no como algo acristalado en el tiempo, sino como el fundamento de una demografía asimilada, pero sobre todo, integrada hacia dentro. Ello significó que la sociedad toda se encontrara incapacitada para definir un nuevo contenedor cultural basado en un proceso de fusión étnica ya realizado pero nunca analizado (la antropología del peronismo, según es analizada en el Capítulo 4). 32