La Falsificación de la Realidad La Falsificación de la Realidad | Page 317
Norberto Ceresole
de judíos", llamada "Holocausto". La izquierda peronista y la izquierda de
muchos otros movimientos nacionales en todo el mundo periférico (ello sigue
siendo particularmente evidente, hoy, en Palestina), estuvo siempre
absolutamente convencida de la culpabilidad alemana y de la existencia objetiva
del "Holocausto". Y del pasado esplendor del "paraíso del proletariado", la
"estrella luminosa que guía a la revolución mundial". Acabamos de ver en los
periódicos a Yassir Arafat en la "casa de Anna Frank", en Amsterdam, avalando
uno de los fraudes más miserables de la imaginería judía: los falsos diarios de
Anna Frank. Ha sido el último gran servicio prestado por la OLP a los enemigos
judíos del pueblo palestino.
La primera imagen del mundo a la que accedemos en la periferia es, entonces,
la oficial (efectos sin causas). La que se nos enseña desde la escuela elemental
hasta la universidad. Ella nos muestra un mundo "invertido". Nos muestra el
mundo tal como es hoy para la periferia y, por lo tanto, se nos enseña desde
niños la falsa historia que debió recorrer la "realidad" para llegar a donde hoy
ha llegado, y se concluye: este es el mundo real, no hay otro mundo. Nosotros,
se nos dice, somos el resultado de una determinada construcción
historiográfica, y como las políticas del presente están fundamentadas en ella,
no deja de existir una cierta coherencia entre la historia y la imagen de la
historia. En definitiva: también nosotros somos Occidente, se dice. La imagen
oficial es la que actualmente determina las políticas de Estado en casi toda la
periferia.
Durante muchos años existió otra imagen del mundo: la imagen "alternativa",
representada por el marxismo, en sus variantes más diversas. Con esa imagen
sucedió lo mismo que con la URSS: terminó siendo absorbida por la imagen
oficial que Occidente, la facción hegemónica de los Aliados vencedores,
construyeron sobre sí mismos. En ninguna parte del planeta el marxismo fue
nunca la alternativa radical al mundo "existente". De allí que todos los
gobiernos cipayos de la periferia tengan un ala o una alternativa "progresista":
"Chiapas versus PRI, o "centro izquierda versus justicialismo". Progresismo y
cipayismo son las dos caras de una misma y única moneda. Durante mucho
tiempo las dos imágenes del mundo conspiraron para ocultar los verdaderos
puntos de ruptura del mundo real. Así se produce una dicotomía inversa entre
el "bien" y el "mal", entre lo "positivo" y lo "negativo", entre "progreso" y
"decadencia", etc.
La totalidad del establishment periférico se alineó y se alinea con los dueños del
mundo. Así es que cuando se produce el hecho capital del este siglo, la eclosión
de la llamada segunda guerra mundial, las dos imágenes del mundo coinciden
en condenar al "agresor". Alemania es presentada como el "perturbador del
sistema" tanto desde dentro como desde fuera del "capitalismo occidental". La
confluencia entre democráticos y comunistas fue total durante muchos años, y
bajo formas distintas lo sigue siendo hasta el día de hoy. Es rigurosamente
cierto que este fenómeno se registró en la totalidad del planeta, y no sólo en el
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