La Falsificación de la Realidad La Falsificación de la Realidad | Page 274

La Falsificación de la Realidad Un diálogo similar al que existió entre Nolte y yo durante aquellas intensas ocho horas. Fue a partir de ese momento cuando comprendí el significado de Nolte dentro de la cultura alemana de posguerra y, especialmente, el valor de su trabajo dentro de una sociedad hiper-opresiva, en la cual el pensamiento libre sobre "ciertos temas" está no sólo prohibido sino además duramente penalizado. Quedé abrumado cuando habló de su soledad, de que su "mundo intelectual" estaba en Italia y no en Alemania. Después de meditar durante días la experiencia de mis encuentros con Ernst Nolte comprendí su posición dentro de la cultura institucional alemana. Antes escuché a mis amigos, que me hablaron de los estudios de sus hijos, a los que siguen machacando -en cada escuela alemana, en cada Gymnasium, en cada Universidad- con la imagen de los "seis millones" (exactamente dentro de los cánones elaborados por las películas de Hollywood), y a ellos mismos, aceptando la culpa alemana como una situación de hecho por ahora inmodificable. Luego pude ver la construcción del nuevo Berlín, una "Brasilia" que surge como continuación del plan urbano diseñado en tiempos de Federico el Grande y sus sucesores, integrando una arquitectura ultramoderna de "capitalismo avanzado" en el antiguo diseño de la ciudad. Ese nuevo Berlín será sin duda, a partir del año 2000, la inmensa capital de Europa, pero estará habitada por hombres y mujeres que desconocen su propia historia. Será un gran centro urbano sin alma. Pero determinará una clara orientación hacia el Este. Será, en definitiva, una contradicción para la que hoy no existen soluciones. Dentro de los límites de la opresión cultural alemana, dentro del molde de la horrorosa cultura alemana de posguerra, Ernst Nolte desarrolló una obra extraordinariamente positiva. Fue y es atacado porque muchos no le perdonarán el grave "delito" de haberse introducido, aunque sea en parte, en un territorio prohibido. Escribió un libro capital, La guerra civil europea, que constituye un texto cuya lectura es absolutamente imprescindible para la comprensión del mundo contemporáneo, y no sólo del mundo occidental contemporáneo. La guerra civil europea marca un antes y un después en la historiografía europea. La arquitectura de la obra es magnífica, porque está impulsada por una idea renovadora: el estudio relacional entre dos procesos históricos complejos, el soviético y el nacionalsocialista, durante un período afectado por un cataclismo histórico. No por una simple lucha política y militar. Lo que estuvo en juego fue el intento prometeico de construir un "nuevo hombre". Hoy el escenario está cubierto de sombras, nada más que de incertidumbres. A partir de Nolte, ya no será posible acercarnos a la historia de este siglo como si en ella se hubiese dirimido un duelo entre el bien y el mal. Su trabajo nos demuestra, sobre todo, que la historia de este siglo aún no ha sido 274