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La Falsificación de la Realidad Marruecos hasta Qatar. El propio Faurisson hace referencia a esta situación en Bilan de l’affaire Garaudy/Abbé Pierre, enero-octubre de 1996. Roger Garaudy es un hombre con el cual compartí muchos viajes y horas de trabajo. Él prologó un libro mío anterior, El Nacional Judaísmo (Libertarias/Prodhufi, Madrid, 1997) y yo le dediqué mi último libro: España y los judíos (Amanecer, Madrid, 1997). Durante nuestras discusiones, en París, Madrid y Beirut, siempre le señalé los dos defectos centrales de su libro: por un lado el intento por rescatar al judaísmo religioso, que va en paralelo a la crítica del sionismo político y, por otro, la falsa oposición entre una Alemania "mala" y una URSS "buena", lo que lo lleva a un gaullismo trasnochado. En El Nacional Judaísmo yo dejo absolutamente clara la relación de continuidad que existe -a mí entender- entre judaísmo religioso y sionismo político. Por lo que respecta a Alemania, nunca he tenido que corregir lo que expreso en este mismo libro. En ese sentido me considero un discípulo crítico, heterodoxo y rebelde, de Ernst Nolte (yo había hablado con Nolte y otras personas en Europa sobre Faurisson, pero no conocía su obra, hasta que "descubrí" sus Archives hacia finales de enero de 1998). Sin embargo, el libro de Roger Garaudy tuvo una gran importancia dada su extensa difusión en los muchos idiomas a los que ha sido traducido. De hecho, además, unificó al mundo musulmán, provocando importantes movimientos de solidaridad dentro de todas sus corrientes religiosas. Un extraordinario fenómeno de solidaridad casi nunca visto. Muy a pesar del autor, llevó las tesis del revisionismo histórico, y del revisionismo francés, en particular, a conocimiento de un público, en el mundo entero, al que no podía llegar el mismo Robert Faurisson, alma mater de esta escuela histórica, dada la férrea censura que, desde hace décadas, existe en Francia sobre sus investigaciones y sobre su persona. Es el propio Faurisson quien aplaude el éxito del libro de Garaudy (a pesar de las muchas dificultades por las que atravesaron y atraviesan tanto la obra como el autor), que "marca un nuevo progreso, en el mundo entero, en la investigación de la verdad histórica. Es así que, por primera vez desde 1945, un historiador ortodoxo (se refiere a Jacques Baynac) se ve obligado a admitir que no hay ninguna prueba sobre la existencia de las pretendidas cámaras de gas nazis". Dado el enorme conocimiento que sobre la verdad histórica abrió el libro de Garaudy en el mundo, utilizaremos el ordenamiento que él hace de los conceptos del revisionismo francés, para exponer el problema del "mito del Holocausto", durante las siguientes páginas. El texto base no va encomillado porque le hice correcciones importantes. Conviene reiterar que quedan en pie las cuestiones antes señaladas: Paul Rassinier y Robert Faurisson son los verdaderos padres de la criatura. 256