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La Falsificación de la Realidad
45.- "Yahvé, nuestro Dios, nos habló así en el Horeb: ‘Ya habéis estado bastante tiempo en esta
montaña ¡En marcha!, partid y entrad en la montaña de los amorreos, y donde todos sus vecinos de la
Arabá, la Montaña, la Tierra Baja, el Néguev y la costa del mar; en la tierra de Canaán y el Líbano,
hasta el río grande, el río Éufrates. Mirad: yo he puesto esa tierra ante vosotros; id a tomar posesión de
la tierra que Yahvé juró dar a vuestros padres y a su descendencia después de ellos’".
46.- Camille Mansur, Israël et les Etats-Unis, ou les fondements d’une doctrine stratégique, Armand
Colin Éditeur, París, 1995.
47.- "La rivalidad no era nueva entre los antiguos reinos del norte (Israel y su capital Samaria) y del
sur (Judá y su capital Jerusalén). No se debía solamente a una composición social diferente, en razón
de que el norte está urbanizado, y más abierto, por su comercio, a las relaciones exteriores. Existía
también una vieja rivalidad religiosa: los ‘santos lugares’ tradicionales de las tribus, los santuarios de
Siquem, de Betel, de Silo, se encontraban en el norte, y el desplazamiento autoritario del cetro y el
Arca a Jerusalén, por una decisión esencialmente política de David, les había parecido a los
samaritanos una ruptura de la tradición y un abuso del poder por parte de David" (Roger Garaudy,
Palestina. Tierra de los mensajes divinos, Ed. Fundamentos, Madrid, 1987.
48.- Esta implantación pudo haberse realizado en la Argentina, "...donde el millonario barón Maurice
de Hirsch (1831-1896) había instalado a 6.000 judíos en una serie de colonias agrícolas" (Paul
Johnson, La Historia de los judíos). Hubiese encajado muy bien con la filosofía de los "ingenieros
sociales" argentinos de las generaciones del 60 y del 80 del siglo XIX, basada en la dicotomía
"civilización" versus "barbarie".
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