La Falsificación de la Realidad La Falsificación de la Realidad | Page 252

La Falsificación de la Realidad 45.- "Yahvé, nuestro Dios, nos habló así en el Horeb: ‘Ya habéis estado bastante tiempo en esta montaña ¡En marcha!, partid y entrad en la montaña de los amorreos, y donde todos sus vecinos de la Arabá, la Montaña, la Tierra Baja, el Néguev y la costa del mar; en la tierra de Canaán y el Líbano, hasta el río grande, el río Éufrates. Mirad: yo he puesto esa tierra ante vosotros; id a tomar posesión de la tierra que Yahvé juró dar a vuestros padres y a su descendencia después de ellos’". 46.- Camille Mansur, Israël et les Etats-Unis, ou les fondements d’une doctrine stratégique, Armand Colin Éditeur, París, 1995. 47.- "La rivalidad no era nueva entre los antiguos reinos del norte (Israel y su capital Samaria) y del sur (Judá y su capital Jerusalén). No se debía solamente a una composición social diferente, en razón de que el norte está urbanizado, y más abierto, por su comercio, a las relaciones exteriores. Existía también una vieja rivalidad religiosa: los ‘santos lugares’ tradicionales de las tribus, los santuarios de Siquem, de Betel, de Silo, se encontraban en el norte, y el desplazamiento autoritario del cetro y el Arca a Jerusalén, por una decisión esencialmente política de David, les había parecido a los samaritanos una ruptura de la tradición y un abuso del poder por parte de David" (Roger Garaudy, Palestina. Tierra de los mensajes divinos, Ed. Fundamentos, Madrid, 1987. 48.- Esta implantación pudo haberse realizado en la Argentina, "...donde el millonario barón Maurice de Hirsch (1831-1896) había instalado a 6.000 judíos en una serie de colonias agrícolas" (Paul Johnson, La Historia de los judíos). Hubiese encajado muy bien con la filosofía de los "ingenieros sociales" argentinos de las generaciones del 60 y del 80 del siglo XIX, basada en la dicotomía "civilización" versus "barbarie". 252