La Falsificación de la Realidad La Falsificación de la Realidad | Page 240

La Falsificación de la Realidad nexo más sólido entre el judaísmo original y el sionismo, cuyo ciclo de vida es muy corto: desde mediados del siglo XIX dC. hasta fines de la "guerra fría". Lo que origina continuidad entre ambas etapas, después de casi 20 siglos de diáspora, es su misma vocación mesiánica: el laicismo de algunos sionistas no convierte a éste en algo distinto del judaísmo. Judaísmo y capitalismo La Inteligencia y la Contrainteligencia del mundo judío-occidental (o judío- cristiano) pretenden hoy ocultar el hecho histórico de que el chiísmo libanés es en verdad una expresión originaria del Sur del Líbano (incluyendo el sur del Valle de la Bekaa), difundiendo la imagen falsa por la cual esa "nueva frontera" es una exportación iraní hacia el Mediterráneo Oriental (36). Las dos grandes Iglesias occidentales, el catolicismo y el protestantismo, desde un punto de vista estratégico, actúan hoy como elementos subordinados del pos-sionismo o del hiperjudaísmo. Protestantes y católicos, los primeros desde siempre y los segundos recientemente, han aceptado como fundacional la versión del Antiguo Testamento, es decir la preeminencia ideológica del judaísmo sobre el cristianismo en tanto construcción de un "mismo mundo", el Capitalista- Occidental. La religión judía, y a partir de ella el cristianismo, según interpretaciones posmodernas, "fue construida según un plan preestablecido; aparece como la solución fría y calculada de un problema diplomático. Se conforma al programa: es preciso asegurar una religión al pueblo a cualquier precio. Y otro hecho que no debe perderse de vista para formular un juicio adecuado sobre la religión judía es éste: la misma reflexión fría, la misma conformidad a un fin preestablecido, presidieron el nacimiento de las doctrinas que, unas después de otras, se fueron agrupando con el correr de los siglos al núcleo principal" (Werner Sombart, Los judíos y la vida económica). Lo que pone al judaísmo como principal impulsor del capitalismo, desde sus orígenes hasta nuestros días es "... la reglamentación contractual, la reglamentación comercial... de las relaciones entre Jehová (Yahvé) e Israel. Por otra parte todo el sistema religioso judío no es otra cosa que un tratado concluido entre Jehová y su pueblo elegido: un tratado con todas las obligaciones que se desprenden generalmente de un contrato. Dios promete algo y da alguna cosa a cambio de lo cual el hombre justo lo sirve" (Sombart, op.cit.). La "ideología" hiperjudía tiene actualmente dos fuentes de alimentación. Por un lado prolonga una ya clásica proyección "profética" del Antiguo Testamento, es decir de una narración realizada e interpretada sobre hechos ya sucedidos, que sacraliza y proyecta hacia el futuro una corta experiencia política anterior, y que en verdad fue muy poco exitosa y de muy corta duración. A esa historia, deformada y sacralizada a la vez, se le suma luego la voluntad política de secularizarse, que fue planteada inicialmente por el sionismo, en todas sus 240