La Falsificación de la Realidad La Falsificación de la Realidad | Page 24

La Falsificación de la Realidad Luego, las casualidades se suceden tan rápidamente que ya no es posible diferenciar una de las otras. Netanyahu deja Washington con el estilo típico de un triunfador: no sólo no había sido sancionado por el "principal dirigente" de la "única superpotencia", el imperio más poderoso de la historia universal. Netanyahu llega a su pequeño país, geográficamente infinitesimal, habitado por sólo 5,5 millones de habitantes (de un total de menos de 20 millones de judíos en todo el mundo, el equivalente a un Estado de escasa demografía y de mínima potencia), donde no existen prácticamente recursos naturales económicamente viables, y a las pocas horas se entera de que la superpotencia va a bombardear: ¿a quién?, al Estado elegido por Dios que ha incumplido con todos sus compromisos terrenales. No: a Irak. Al único país que en 1991 se atrevió a castigar a los Sagrados Habitantes de la Tierra Sagrada con vetustos misiles ("armas de destrucción masiva", para la opinión pública) que provocaron el "Holocausto" de un (1) muerto israelí; (cien mil soldados iraquíes murieron oficialmente en la "tormenta del desierto", y cincuenta mil niños, enfermos y ancianos de la misma nacionalidad están muriendo anualmente desde el mismo día en que terminó la "tormenta"). También fue una casualidad que, durante el mismo período, toda la prensa occidental hiciera referencia a las "armas de destrucción masiva" iraquíes, junto a fotos de pobres madres israelíes con máscaras antigás incorporadas, posando ante las cámaras con-la-angustiada- mirada-de-su-hijito-clavada-en-su-corazón (una vez más el "gas" aparece en el núcleo de la mitología exterminacionista, pero ahora ya no bajo la forma de Cámaras (de gas), sino ya vinculado al "terrorismo genético" (3) que se adjudica al Islam). Por supuesto que nadie intentó definir qué es un "arma de destrucción masiva". Hubiese sido relativamente sencillo hacerlo, incluso con precisiones absolutamente exactas. Pero si se define con solvencia técnica qué es un "arma de destrucción masiva" (en qué consiste, cuáles son sus dimensiones, cuánto pesa, qué alcance tiene, cuál es la tecnología de mantenimiento, etc, etc.) se está luego obligado, por elementales motivos lógicos, a decir, con toda seriedad científica, que es imposible que un país que viene siendo "escaneado" y torturado desde hace tantos años pueda aún guardar, debajo de la cama del sultán, un (1) arma de "destrucción masiva" (si lo ponemos en plural: "armas de destrucción masiva", ya salimos del marco de lo imposible para entrar en el del delirio, tomando siempre como base una realidad tecnológica). Sin embargo, el señor Tony Blair, primer ministro socialdemócrata británico afirmó, con toda seriedad, que Irak dispone de armas de destrucción masivas con capacidad para liquidar tres veces a la totalidad de la población mundial… Por las dudas, tres veces. Para que no quede ningún rastro del perverso ser humano sobre la faz de la tierra. Las preguntas centrales a las que hay que responder son: ¿Qué es lo que provoca la subordinación de Occidente, siempre y en cualquier caso, a las órdenes provenientes de Israel y del lobby judío-norteamericano? ¿Por qué Occidente sigue aceptando las órdenes de Israel y del lobby, que es el 24