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Norberto Ceresole
la "tierra prometida", los "espacios bíblicos". Ello sentó las bases para una
confluencia con los nacionalistas seculares provenientes, en lo fundamental, del
nacional-sionismo (aunque no pocos se incorporaron desde el social-sionismo).
No sólo en Israel sino también en el judaísmo internacional (diáspora) había
emergido una nueva realidad cultural: el nacional-judaísmo. Es decir, el
judaísmo religioso como ideología de un Estado nacionalista y expansivo.
La lucha contra el llamado "Plan de Paz" es decisiva en este proceso de
convergencia, que ya había fracasado en 1977 con la victoria electoral del
Likud. Pero en aquella época estaban vigentes los síntomas del malestar
nacional de 1973 (Yon Kipur), lo que entre otras cosas provocó la crisis del
Gush Emunin. Pero las ideas de ese grupo han cristalizado en la actualidad,
con esta nueva victoria del Likud, en medio de la fractura nacional que ha
provocado el "Plan de Paz" (20).
Con anterioridad a la fundación del Estado de Israel, las "guerras civiles" entre
las distintas facciones judías tenían como marco al sionismo, es decir a las
distintas corrientes del sionismo secular. Las corrientes religiosas estaban fuera
de esas contiendas. Los nuevos conflictos, en cambio, son de naturaleza
diferente. La actual "frontera" divide los "territorios" del judaísmo entre
"culturas" no sólo diferentes sino antagónicas; y no como en el pasado reciente
entre culturas meramente contradictorias, unas de otras, aunque todas
provenientes de un mismo tronco (nacional-sionismo versus social-sionismo).
Los antagonismos intrajudíos de la etapa sionista fueron, en algunos
momentos, de una violencia extraordinaria. Ello nos puede dar una pauta de lo
que serán los antagonismos de la nueva etapa entre culturas pertenecientes a
"judaísmos" diferentes.
Durante las décadas anteriores a la creación del Estado de Israel (Partición de
Palestina) sucesos extremadamente graves ocurren entre diferentes facciones
del sionismo, que en esos momentos era la fuerza hegemónica del judaísmo.
Esos sucesos terminan en un combate a muerte entre la Haganá (fuerza
paramilitar socialsionista) y otras organizaciones armadas judías, como el Irgún
de Menahen Beguin, y el llamado Grupo Stern, minusvalorizado por la
bibliografía oficial sionista con la denominación de "Banda Stern". La línea
divisoria de ese combate intrajudío -de esa guerra civil limitada anterior a la
conformación del Estado- fue trazada alrededor de la edición por los británicos
del famoso Libro Blanco de 1939. En lo fundamental, esa política británica
establecía límites a la migración de judíos hacia Palestina, hecho que
contradecía la misma naturaleza del sionismo. Sin embargo, la reacción contra
el Libro Blanco fue absolutamente diferente en relación a los grupos ya
mencionados, y esa diferencia provocó un claro enfrentamiento militar entre
distintas facciones, cuyo resultado final hubiese sido muy distinto si diferente
hubiese sido el resultado final de la "segunda guerra mundial".
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