La Falsificación de la Realidad La Falsificación de la Realidad | Page 22

La Falsificación de la Realidad La función del líder "bueno" es hacer que Occidente crea (tratándose de Israel, Occidente cree a priori casi todo) que el Estado judío renuncia, al menos provisoriamente, al uso de la violencia terrorista exterior y se convierte -también provisoriamente, al menos- en algo parecido a un Estado normal, según los estándares occidentales. En otra parte de este libro haremos referencia a un "líder bueno" modélico, Moshe Sharret. Su Diario debe servir para que la comunidad internacional reflexione sobre la naturaleza de una de las caras, la exterior, del terrorismo de Estado israelí. Sabemos con absoluta certidumbre que este tipo de maniobras se hicieron innumerables veces dentro del Estado judío mesiánico. En todos los casos, el objetivo único de la intriga fue fingir -de cara a Occidente y, también, de cara a ciertas áreas del mundo árabe- que Israel cambiaría de política, es decir, de estrategia. En todos los casos, el "cambio" contuvo una promesa sistemáticamente incumplida: que el Estado judío dejaría de ser un Estado terrorista -hacia el interior y hacia el exterior- y se convertiría en un Estado "normal". El engaño, en definitiva, es una parte vital de la estrategia "perenne" del Estado de Israel. Con un líder "bueno" en reemplazo de otro "malo", el Estado judío continuó con la misma estrategia terrorista clandestina, pero bajo formas mejor cuidadas. En muchos casos, la estrategia terrorista se desarrolló sin el conocimiento del primer ministro, que era definido, por los mismos miembros del establishment judío gobernante, como "paloma". Así la "paloma" podía explicar al mundo que todas esas acciones clandestinas destinadas a mantener un estado de guerra permanente con el mundo árabe no eran sino decisiones "espontáneas" realizadas por "grupos descontrolados"; que él por supuesto desautorizaba y condenaba. Los complots se convertían en "locuras individuales", como en el caso más reciente del asesino Goldstein. El asesinato del propio ex-primer ministro Isaac Rabin se presentó ante el mundo, también, como la acción de un "pequeño grupo" de descontrolados. Los judíos gobernantes en Israel y en las juderías occidentales toman al "resto del mundo" por algo esencialmente estúpido, y tal vez tengan parte de razón, porque en todos los casos la conciencia occidental se adormeció con el run-run de las buenas intenciones, y de las burdas falsificaciones judiciales. Pasado un tiempo, el ciclo recomenzaba. En eso consistió, hasta el día de hoy, la alternancia del poder en la sociedad israelí. La estrategia israelí de terror, agresión, expansión territorial y subversión política respecto no sólo del mundo árabe, quedó "eternamente fijada", es decir, consolidada en términos bíblicos, durante los primeros tiempos de la existencia del Estado judío. En esencia se mantuvo constante hasta el día de hoy, que es cuando se ve reforzada con la hegemonía creciente del mesianismo fundamentalista judío, tanto dentro del Estado de Israel como en las principales juderías instaladas en el mundo occidental. El lobby judío norteamericano, 22