La Falsificación de la Realidad La Falsificación de la Realidad | Page 211
Norberto Ceresole
totalmente opacado ante la situación actual, ya que, supuestamente, el poder
político del Rey David sólo llegó a significar, en el mejor de los casos, la
existencia de un pequeño espacio geográfico periférico totalmente ignorado por
las grandes civilizaciones de la época.
El poder fáctico de que hoy dispone el Estado de Israel -y que en gran parte le
ha sido transferido y conquistado por -y dentro de- esa otra gran potencia
bíblica que son los Estados Unidos de América, a través de ese "Tercer Estado"
que es el lobby judío (norte)americano- tiene como lógica contrapartida una
dimensión ideológica a escala "religión fundadora". Por primera vez, la ideología
se engancha con el poder y la palabra con los hechos. Ahora el judaísmo es una
política de Estado, sustentada por una potencia que dispone de un poder de
alcance global.
De esa confluencia entre poder ideológico y poder fáctico surge una gran
capacidad de acción, que no se corresponde ciertamente ni con la cantidad de
judíos que habitan hoy en el planeta -unos 15 millones de personas, es decir,
una pequeña "mancha" demográfica- ni con las insignificantes dimensiones
espaciales del Estado de Israel, ni con ninguna otra medición fáctica del poder,
en términos estrictamente sociológicos, geopolíticos y/o económicos.
En definitiva, existe una mutación política, cultural y estratégica que sufre el
judaísmo en estos tiempos, desde la existencia del Estado de Israel. El nacional-
judaísmo ha reemplazado al sionismo (en su versión nacional-revisionista y/o
en su versión socialdemócrata) como ideología fundacional de un hecho político.
Es esa cosmovisión ultraviolenta del judaísmo pos-sionista quien está
organizando el estallido de una guerra mundial de exterminio con epicentro en
Oriente Medio y con proyecciones sobre Asia Central.
Esta nueva ubicación de Israel en un mundo al que se intenta globalizar, se
corresponde con la lógica de una guerra civil interior potencial que está
ocurriendo dentro de la sociedad israelí -incluyendo en ese concepto (sociedad
israelí), por supuesto, a las ramas más importantes de la judería en el mundo.
Esta guerra civil potencial tiene, lógicamente, una relación muy estrecha con la
evolución de lo que se había llamado hasta este momento "Plan de Paz".
El asesinato del señor Rabin y las investigaciones que sobre él se realizaron y
aún se realizan, fueron revelando una trama increíblemente compleja. Los
sectores judíos que pueden ser definidos como fundamentalistas no sólo
conspiraron -con prolongada anterioridad al asesinato propiamente dicho-
contra la concepción original del "Plan de Paz" ("paz por territorios"): están
asimismo estructurando una fuerza -ideológica y física- a escala internacional,
con el objeto de desatar una guerra "definitiva", una guerra de exterminio que
tendrá por escenario principal el Oriente Medio (Siria, en primer lugar) y "zonas
contiguas" del Asia Central (Irán). Esa "guerra definitiva" es una "solución final"
para exterminar y/o transferir a la población palestina y árabe del Eretz Israel
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