La Falsificación de la Realidad La Falsificación de la Realidad | Page 195
Norberto Ceresole
revolución como construcción de lo nacional y popular y no sólo como
destrucción de la dominación "burguesa". Una recuperación de culturas
antiguas y propias. Una relación entre la dignidad y la trascendencia. Una
conservación de las identidades como base de la acción política.
El altísimo nivel de depredación económica que introduce la globalidad señala lo
obvio: que la dominación económica se manifiesta a través de la dominación
política de un Estado sobre otros (Israel/Mundo árabe). Y que por lo tanto la
liberación -en términos de futuro- se está sustentando, cada día con mayor
claridad, en la recuperación de las capacidades estatales agredidas. No hay hoy
en el mundo, ni lo habrá en el futuro, ningún grupo social emergente que no
plantee la recuperación del Estado nacional. ¿Cómo habría de existir una
política revolucionaria fuera de un Estado y de una cultura recuperados? Sólo
la izquierda liberal en el mundo contemporáneo plantea lo contrario: el cambio
social y, aun, internacional, en base a una disolución progresiva del poder. Ello
indica que esos grupos hoy carecen de cualquier tipo de sustentación social y
que, por lo tanto, son expresiones camufladas de la verdadera
contrarrevolución. Es decir, manifestaciones ideológicas de los grupos
dominantes y de los Estados hegemónicos. Todas las políticas "humanitarias" se
proclaman "democráticas", y la mayoría de ellas, al menos en Occidente, están
controladas por agentes del poder judío (60), es decir, por miembros de una
cultura autodesignada "superior" y, por ello mismo, represiva por naturaleza.
El nacional-judaísmo como fenómeno global
El presente trabajo pretende ubicarse en torno a la legitimidad del hecho
político de la expulsión. También se señala que el mismo hecho no fue
solamente legítimo, sino además fundacional, y que toda pretensión de invertir
o pervertir su sigificado conduce inexorablemente a incrementar la crisis de una
España "atlantista" y "democrática", es decir, la pervivencia de una España
desgarrada, en una Europa "europeísta" y "europeizada" (vigencia del "proyecto
Maastricht") en pleno proceso de la decadencia de Occidente (61).
La totalidad de los temas que integran este breve trabajo han sido sólo
señalados, es decir, indicados: ninguno de ellos fue analizado en profundidad,
ni siquiera someramente. Su objetivo inmediato es diseñar un sistema de
relaciones existente entre la historia, la geografía y la situación actual de la
política internacional. Por lo tanto este texto debe ser visto sólo como un
proyecto de investigación aún pendiente de realizar, como una tarea futura a
desarrollar en los próximos tiempos. Con todos los riesgos que ello lleva
implícito.
Obviamente el nacional-judaísmo es un fenómeno global. En mi último libro
desarrollo el concepto de nacional-judaísmo en tanto ideología justificadora de
las operaciones depredadoras tanto del Estado de Israel como de la judería
internacional, aliada incondicional del "globalismo" y del "atlantismo" (que
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