La Falsificación de la Realidad La Falsificación de la Realidad | Page 175

Norberto Ceresole Así, las magníficas cosmovisiones y las realizaciones racionales de los Reyes Católicos españoles hacia fines del siglo XV, se convierten, para la práctica totalidad de la bibliografía producida por los hispanistas judíos o judaizantes, en antecedentes inexorables del nazismo y/o del fascismo de mediados del siglo XX. Y, correlativamente, la Inquisición en el prólogo de la Gestapo, y la Contrarreforma aparece como la justificación ideológica de lo que los judíos llaman "Holocausto". Se establece así una "línea directa" entre Fernando e Isabel y el Tercer Reich, línea que debe ser aceptada por los dirigentes atlantistas de la España desgarrada de fines del siglo XX. Aceptar la metodología perversa propuesta por la historiografía judía y/o judaizante en relación a la historia de Sefarad significa otorgar plena validez a la leyenda negra construida para falsificar la historia y justificar la "integración de España en el mundo occidental". En rigor de verdad, uno de los objetivos de esa Leyenda, la Inquisición, comparada con las acciones de terrorismo de Estado que realiza y legisla el poder político israelí, se nos aparece hoy como una verdadera institución de caridad. Bastaría comparar los procesos de la Inquisión con las denuncias de Amnesty International sobre casos de torturas en Israel. Ese Estado, como se sabe, es el único en el mundo entero donde existe una "tortura legal", llevada a límites -cuantitativos y cualitativos- jamás imaginados por ninguno de los responsables inquisitoriales. Un documento que fue calificado de "capital, luminoso y decisivo" (15) para el estudio objetivo y científico del proceso histórico de la Inquisición, en este caso, en la América española, es el Memorial de Remedios para las Indias, redactado en 1516 por una figura estelar de la historia americana, el ilustre defensor de los indios fray Bartolomé de las Casas (16). Bartolomé de las Casas le hace al inquisidor general Cardenal Cisneros una petición casi desesperada: le urge a la instalación de la "Santa Inquisición" en las Indias, dada la situación de vandalismo que allí ya se vivía. "Y asimismo suplico a Vuestra Reverendísima Señoría... que mande enviar a aquellas islas de Indias la Santa Inquisición, de la cual creo yo que hay muy grande necesidad, porque donde nuevamente se ha de implantar la fe, como en aquellas tierras, no haya quizá quien siembre alguna pésima cizaña de herejía, pues ya allá se han hallado y se han quemado dos herejes, y por ventura quedan más de catorce; y aquellos indios, como son gente simple y que luego creen, pudiera ser que alguna maligna y diabólica persona los trajese a su dañada doctrina y herética pravedad (17). Porque puede ser que muchos herejes se hayan huido de estos reinos y, pensando en salvarse, se hubieran pasado allá." No queda la menor duda de que fray Bartolomé de las Casas pretende proteger a los indios americanos amparándose en la única institución eficaz existente en la época: la Inquisición. 175