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La Falsificación de la Realidad
son movimientos que aspiren a sumarse a filiales de partidos o de sindicatos
cuya casa matriz está instalada en Buenos Aires. Son movimientos cuya única
posibilidad de supervivencia está localizada en un giro copernicano de los
contenidos políticos tradicionales. Incluso en una transformación esencial de
los viejos discursos culturales, incluidos los discursos "nacionalistas".
A partir de la movilización popular del 16 de diciembre de 1993, ocurridos en la
Provincia de Santiago del Estero, tuve el honor de ser convocado para elaborar
los grandes lineamientos de un documento político representativo de la
creciente conciencia existente sobre el vacío de poder que se avecina y sobre las
formas y los mecanismos disponibles para enfrentarse a las líneas de fractura
del poder tradicional.
El siguiente texto ejemplifica la creciente conciencia que existe sobre las
enormes perspectivas que se abren para el ingreso a la Historia:
"MANIFIESTO DE LOS PUEBLOS DEL NOROESTE ARGENTINO
El viejo proyecto nacional, liberal y mercantilista, con epicentro en el puerto de
Buenos Aires, ha llegado a su fin.
Ese modelo reconocía la hegemonía social de una oligarquía agraria, industrial y
financiera de naturaleza intermediaria y ausentista; y la vigencia, impuesta con
un alto costo social y geopolítico, de una cierta idea de nación dentro de la cual
quedaban excluidos todos los hombres y tierras de la Argentina que no servían al
modelo.
La permanencia en el tiempo de ese modelo que concebía a la Nación Argentina
de manera unitarista (pero nunca unitaria, en el sentido de la necesaria igualdad
que debe existir entre hombres y regiones de una misma Patria) provocó
espantosas destrucciones humanas y geográficas. Millones de compatriotas
fueron excluidos de los circuitos de la producción y del consumo. Cientos de miles
de kilómetros cuadrados de espacio nacional pletóricos de vitalidad económica
fueron expulsados de los negocios limitados y limitantes de la aristocracia
financiera.
Así, ese modelo de país se convirtió en una inmensa e implacable maquinaria de
producción de hombres sin tierra y de tierra sin hombres. Se fabricó una nación
con una galería iconográfica de "próceres" de una libertad iluminista que nunca
alumbró a los hombres de esta tierra. Una "patria" abstracta e irreal fue la
imagen que pretendió reemplazar a los hombres reales de sus tierras concretas.
Los argentinos fuimos perdiendo rango, dignidad y territorio. Quedamos
indefensos ante las agresiones externas e inertes ante los que gerenciaban el
modelo de cara al interior pero al servicio del exterior. Millones de argentinos sin
tierras, habitantes humillados de un país inmenso pero impedido de producir, se
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