La Falsificación de la Realidad La Falsificación de la Realidad | Page 156

La Falsificación de la Realidad desmedida y, aun, efectiva, actúa sólo en última instancia, luego de un proceso tendiente a lograr consenso, en primera instancia. Esa primera fase es lo que desaparece cuando entra en crisis el sistema político. En muchos casos la delincuencia es un acto de rebelión realizado por personas cuya formación cultural y política ha sido planificada y acotada por la etnominoría gobernante. La pregunta necesaria es ¿Por qué tan pocos excluidos -"negros", pobres y jóvenes- optan por el camino de la violencia social, siendo el caso de que sus opciones, dentro de la "legalidad" blanca, son cada vez más estrechas? En verdad ha sido esa "legalidad" no sólo "burguesa" sino además étnica quien los ha convertido en "penados". Hay una gran similitud entre la violencia que ejercen los "delincuentes" sociales negros-pobres y la que ejercen los cuadros más bajos de las policías que también son pobres y "negros". Naturalmente que el hombre no ha nacido esencialmente bueno. La violencia está incorporada, en grados diferentes, en los circuitos nerviosos de los individuos. Sólo que es mucho más probable que un violento rico-blanco puede causar mucho más daño social, dado el complejo entramado de "protecciones" de que dispone, desde las educativas hasta las de seguridad. No hay más delincuentes sociales porque todavía existe el recuerdo de la existencia de un "Estado de bienestar", y la secreta esperanza, en esos grupos excluidos, de que retornará, algún día, mágicamente. En ese punto radica, precisamente, su incultura política: en su incapacidad de traducir la violencia individual que existe en ellos en "estado químicamente puro", por así decirlo. En gran parte, muchos de esos hombres jóvenes que se han convertido en líderes en un mundo que sólo acepta el lenguaje de la violencia (es decir, que ha descartado absolutamente el lenguaje "político"), no han podido evadirse de la violencia pura proyectada hacia la violencia política, por falta de traductores. No pueden pasar del yo al nosotros. En una época existió en la Argentina mucho coraje instalado en los sectores más iluminados (en el buen sentido de la palabra) de la clase media blanca. Pero era un coraje ideologizado que no pudo conectar con la "cultura popular negra". En gran parte aún afectada por el cálido recuerdo de un Estado de bienestar al que siempre invocó -en tanto pasado- la "resistencia" peronista. En gran parte esta Argentina oprobiosa que hoy existe se fundamentó en el enorme crimen que significaron esos "cadáveres necesarios" (39). Puede que hoy no quede otro camino que ir hacia el segmento más violento del "bajo pueblo". Y comenzar por entender sus "penas", la naturaleza de las "penas" que sufren los "penados". Sólo a partir de allí se podría intentar "traducir" su violencia, orientándola hacia el enfrentamiento con una sociedad 156