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La Falsificación de la Realidad
largo proceso de despojo, dispone de la suficiente "velocidad" económica como
para seguir viviendo en un status internacional periférico (35).
Cada día que pasa, la resistencia (fenómeno distinto y distante al de la
"oposición") al gobierno es más un fenómeno etnosocial y etnoterritorial que un
fenómeno simplemente político.
Por primera vez, tal vez desde 1945 (pero en ese entonces con un movimiento
migratorio ya instalado en la Capital Federal Gran Buenos Aires y con acceso a
importantes resortes del poder), asistimos a un fenómeno, no tanto político
cuanto etnodemográfico, y más que "partidario", etnoterritorial. He aquí un
hecho histórico trascendente que debe ser rescatado con toda urgencia: los
espacios interiores se han proyectado, por fin, rodeando demográficamente al
núcleo administrativo central, hegemonizado por una dirigencia blanca y
occidental que logró extrañas formas autonómicas para el viejo puerto
"unitario".
Ya más de la mitad de la población que vive en el Gran Buenos Aires (más de 8
millones de personas) no son nacidas en esos distritos, y sí en otras provincias.
Si bien no existen datos oficiales al respecto, extrapolando diversas variables, es
posible ver con exactitud cuáles son las provincias centrifugadoras de población
y cuál la centripetadora. Las provincias con mayor tasa de crecimiento
demográfico (nacimientos) son a su vez las de más bajo crecimiento poblacional
absoluto. Los grandes cinturones de pobreza y marginalidad que rodean a las
ciudades de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, en ese orden decreciente, son
las grandes bombas aspirantes de la población "excedente" de Tierra del Fuego,
Neuquén, Santa Cruz, etc. Las grandes regiones despobladas son Patagonia y
Noroeste (36).
Este proceso representa una guerra racial. Una guerra de exterminio colonial
contra los "bárbaros" originales, primitivos habitantes de un territorio que hoy
está siendo vaciado para beneficio exclusivo de la colonización económica en
esta etapa de "nuevo orden mundial".
Rodeando al centro administrativo portuario (y a otras grandes unidades
urbanas blancas con muchas similitudes con algunas regiones desarrolladas
del "primer mundo") se han instalado los "Cabecitas negras" hambrientos y
miserables, los "soldados negros", de un futuro "ejército popular" que hoy sólo
necesita cuadros de conducción. Ese "etnoejército", ignorado por la clase
política y las cúpulas militares, representa aproximadamente, sólo en el "gran
Buenos Aires", el 15% de la población total del país. Expresa con claridad
absoluta la actual degradación de la Argentina toda, pero también la posibilidad
de su transformación revolucionaria.
Expresa, sobre todo, la naturaleza del conflicto futuro; la verdadera polarización
de la sociedad argentina.
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