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La Falsificación de la Realidad
Se necesitó la tremenda presión psicológica de la globalización (como fenómeno
estructural) y de la posmodernidad (como fenómeno cultural) para que
comenzaran a producirse, sin conflictos violentos importantes y significativos,
exclusiones económicas y sociales nunca registradas hasta este momento, y
nítidos procesos de fragmentaciones territoriales, ya que no existe
fragmentación cultural sin su correlato territorial.
La fragmentación territorial en la Argentina, al menos desde la derrota en la
batalla del Atlántico Sur (Malvinas, 1982), es un fenómeno amplio y profundo,
que nos señala la incapacidad política de una determinada sociedad para
apropiarse de un espacio geo/económico. Esta fragmentación territorial incluye,
naturalmente, la independencia política y administrativa adjudicada por la
democracia a la ciudad de Buenos Aires. La incapacidad de la sociedad
argentina para dominar su vasta geografía es a su vez la consecuencia de las
rigideces y de las limitaciones insalvables de una estructura económica
desintegradora que origina un orden económico socialmente improductivo e
injusto.
Las exclusiones sociales, las fragmentaciones territoriales y la creciente
cretinización cultural de la sociedad en su conjunto, constituyen el amplio
escenario donde desembarcan sin resistencia -y hasta con cierto consenso-
fuerzas militares y grupos de tareas extranjeros, en este caso, israelíes. Es a
partir de ese fatídico punto en que las presiones del judaísmo internacional se
incrementan, cuando el "modelo argentino" entra en proceso de desintegración.
Hoy fuerzas militares y servicios de inteligencia extranjeros (no sólo judíos) se
han adueñado de amplias franjas de los aparatos administrativos y de
seguridad de la Argentina. Hoy somos campo de batalla de una guerra ajena.
Es dentro de esas exclusiones y de esas fragmentaciones cuando comienza a
plantearse la hipótesis del fracaso del "modelo argentino", esto es, la
inexistencia de una identidad nacional única. Surge como alternativa la validez
de la fragmentación étnico-cultural; esto es, la legitimidad de los reclamos de
autonomía por parte de algunas comunidades étnico-confesionales instaladas
(residentes) en el territorio nacional.
La "nazificación" del peronismo
Debemos recordar que poco tiempo antes de la implosión en la Embajada de
Israel en Buenos Aires había comenzado en la Argentina una campaña, que
continúa cada día con mayor violencia, destinada a demostrar las raíces "nazis"
del peronismo. Obviamente ella es parte de un intento cultural mucho más
amplio que tiene por objeto producir la descerebración de la sociedad argentina.
La descerebración, a su vez, tiene una especificidad que podríamos llamar "des-
memorización". La desmemorización de la Argentina (y de otros países como
Alemania, Suiza, España, Portugal, etc.) es un proceso que va en paralelo con la
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