La Falsificación de la Realidad La Falsificación de la Realidad | Page 114

La Falsificación de la Realidad desaparece el enemigo externo (OLP) y resurge el nacional-judaísmo como fundamentalismo religioso-territorial, en ese momento los conflictos internos de esa sociedad cambian de calidad: de parcialmente incruentos se transforman en violentamente cruentos. No debería extrañar a nadie que esas instituciones delegadas (las juderías, en un sentido estricto), y asimismo representativas de la comunidad judía en la Argentina, sean las plataformas de combate y el amplio marco para el desarrollo de los ajustes de cuentas dentro de lo que en la actualidad es una feroz lucha intra-judía. En la práctica histórica, esas organizaciones (pero no necesariamente la mayoría de sus miembros, en el plano individual, donde los procesos de integración nacional "vertical" -"hacia dentro"- han sido tan amplios, intensos y aceptados como los registrados en cualquier otra comunidad inmigrante) han demostrado fehacientemente que constituyen una parte orgánica del Estado de Israel, y que su ubicación geográfica (en la Argentina, en los EUA, en Francia, en Holanda o en Sudáfrica) no es más que un accidente demográfico, que no tiene nada que ver con la idea de la lealtad nacional (16). Al existir como parte orgánica del Estado de Israel, pero sin gozar plenamente de la protección de ese Estado, esas instituciones delegadas, esas juderías, hoy, se constituyen en un escenario perfecto para dirimir una de las disyuntivas más dramáticas que haya tenido que enfrentar en su historia el Estado de Israel: la cuestión de la paz (globalidad) y su principal cuestión aneja, los territorios ocupados por colonos judíos armados y fundamentalizados. Son muchos los observadores de la comunidad judía de la Argentina que venían percibiendo, durante las semanas anteriores al último atentado terrorista, una creciente tensión entre las distintas componentes políticas y religiosas que hoy integran, contradictoriamente, esa comunidad, en tanto organización. Es que los acuerdos de paz no sólo tienden a impedir la expansión de la base territorial del Estado de Israel: lo que se enfrenta cada vez más violentamente dentro de esa comunidad son dos concepciones opuestas sobre cómo el judaísmo se debe insertar en el proceso de globalización. Esos analistas de la comunidad judía en la Argentina señalaban que el blanco no fue elegido en forma casual, sino que él fue la sede de una tradicional organización actualmente vinculada al laborismo globalizante sionista. En ese sentido conviene recordar que todas las declaraciones oficiales israelíes después del atentado atacaron y responsabilizaron del mismo a las organizaciones fundamentalistas que están en "contra de la paz". En una especie de "lenguaje eclesiástico" esas declaraciones estaban referidas al fundamentalismo judío y no al Islam identitario. En el mismo edificio/target funcionaba la DAIA, que en esos momentos estaba dirigida -y aún lo sigue estando- por elementos sefarditas de origen social- 114