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La Falsificación de la Realidad
Esta realidad, plenamente manifestada en las manipulaciones de guerra
psicológica realizadas a partir de las agresiones terroristas sufridas por la
Argentina, exige la respuesta política y estratégica adecuada. Es necesario
plantear, al nivel popular y con un espectro social lo más amplio posible, la
necesidad de la expulsión de esos grupos étnicos agresivos. Ellos no sólo no son
integrables al conjunto social-nacional: mantienen lealtades prioritarias con
Estados y culturas interesadas en la destrucción de la Argentina.
La manipulación de las agresiones terroristas
Tanto las organizaciones judías, nacionales (residentes) e internacionales,
cuanto el propio Estado de Israel y sus dirigentes han asumido una grave
responsabilidad dentro del plano de la política interior argentina, y sobre el
propio comportamiento internacional de la República:
Dar la bienvenida (y, en el caso del Estado judío) enviar a un ejército
extranjero y clamar ante él (los judíos residentes) su desprotección
como comunidad "nacional" diferenciada.
Acusar de antijudía al conjunto de la sociedad argentina (es decir,
adjudicarles una fobia descalificante a todos los argentinos que
sospechan de la veracidad de la interpretación y de la responsabilidad
judía respecto de los sucesos acaecidos).
Encabezar una lucha civil contra instituciones del Estado argentino que
no puede tener otro objetivo que el desencadenamiento de una grave
crisis que hoy puede ser altamente desfavorable para los intereses
nacionales.
Pretender convertir los aspectos positivos de la historia argentina en
sus segmentos más descalificables. La historia del peronismo se
reduciría a un gobierno receptor de criminales de guerra, y el papel de
Eva Perón en el de una agente nazi encargada de transferir fondos de
bancos suizos hacia y desde Buenos Aires. La estrategia judía apunta
hacia las imágenes más veneradas del pueblo y pretende romper los
sentimientos más fuertes y positivamente enraizados en el alma popular
argentina (6).
En conjunto, esta estrategia está obviamente orientada a obtener derechos
nacionales para la comunidad judía dentro del territorio argentino (lograr, en
principio, un Estado "multinacional"), y buscar las garantías internacionales
correspondientes para alcanzar ese proceso de "independencia", etno-social y
etno-territorial, dentro de la búsqueda global de un nuevo orden internacional
que elimina la soberanía como concepto fundacional. "Bajo tales circunstancias,
la comunidad huésped terminará, por el inevitable determinismo del desarrollo
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