Kala Octubre, 2014 | Page 9

Te amo patria querida porque nací bajo tu cielo azul, donde las nubes blancas flotan como ninfas danzantes en esteros; nubes con formas caprichosas que navegan por tu bello firmamento, sin rumbo específico, haladas por el viento que junto a ellas lleva el suspiro de los que se aman, de los que sufren y de la esperanza del oprimido, esperanza que nace, permanece y muere sin ser cumplida.

Amo ese viento que lleva el gemido del indígena y del pobre y el eco vanidoso de los ricos que presumen lo robado. Amo tu suelo de barro y arcilla donde los pies descalzos de mis antepasados, caminaron abriéndose camino a un futuro incierto. Amo tu tierra de multicolores, fértil y firme que deja la siembra crecer a su antojo. Amo tu tierra que dio luz al hombre formado de maíz y agua, hombre oscuro y valiente que brotó del ombligo de la madre tierra.

Amo tu aire saturado de perfume de azahares, aroma a café y diferentes especies. Amo tus montañas imponentes en el horizonte; enfiladas en cordilleras con una gama de colores exuberantes y que con sus cimas tocan el cielo azul de tu soberanía.

Amo tus lagos, grandes y chicos, cuna de peces y aves marinas que sustentan al pobre y deleitan al rico. Amo tus ríos de agua cristalina que bajan la pendiente llevando susurros de campesinos. Amo tus tradiciones y culturas, estelas y ruinas dejadas por el maya, amo las lenguas indígenas que expresan hondos sentimientos.

Amo tu gloriosa historia llena de experiencias de guerreros y héroes defendiéndote; amo esos días que viví contigo. Amo los momentos en que te extraño, pues ellos me hacen amarte más.

Ileana Chavarín

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