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continuación, tomó la palabra el
presidente de la Fundación, Eustasio Cobreros, quien recordó la primera asamblea de la Agrupación de Miembros en 1991, señalando la presencia de Don Juan Carlos en el evento y la inauguración de las primeras instalaciones de nuestra sede de Sevilla. El proyecto de entonces es hoy una gozosa y magnífica realidad.
Por último, el monarca tomó la palabra y agradeció la acogida de Sevilla. Durante su discurso, animó a todos los asistentes a invertir en su formación como única garantía para asegurar el futuro. Su majestad destacó que la formación de los líderes empresariales no debía ser sólo técnica sino prudencial; es decir, formación en actitudes que fomentaran los valores, “una actitud ética genera empresas más competitivas y sirve al conjunto de la sociedad generando riqueza y empleo", afirmó.
Puso como ejemplo a San Telmo como institución creada por empresarios que fomenta los valores, como único camino para crear empresas más competitivas y sostenibles y sostuvo que en esta "tarea de formativa integral, el Instituto I. San Telmo y otras instituciones, tienen un campo evidente y una responsabilidad, que en el caso de esta escuela de negocios ha sabido asumir con coraje, rigor y, además por iniciativa propia”.
A continuación, hubo un intermedio con una copa de vino español y exquisitos productos que habían sido aportados por González Byass, Covap y Barbadillo y servida en el amplio vestíbulo del Palacio de Congresos. Allí, el Rey, al margen de cualquier protocolo, con gran naturalidad, departió y saludó a los centenares de asistentes que se encontraban presentes.
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