[de portada]
puestas creativas, hasta que uno de sus mejores amigos
falleció por VIH / Sida. Entonces se dio a la tarea de hacer
algo que pudiera cambiar esa realidad. “Me parecía estúpido que una persona falleciera por no haberse tomado 10
segundos para ponerse un condón”, señaló en entrevista.
Aunque su primera opción fue crear una organización
que regalara condones, la búsqueda de recursos y la burocracia en el país le complicaron su objetivo. Por ello
decidió irse por el camino tecnológico y casarse con el
comercio electrónico, lo que fue el inicio de Rubberit.
El sitio no solo ofrece a sus clientes comprar condones
en línea, pagando con tarjetas bancarias, depósito o vía
PayPal; sino que le permite decidir dónde recibir su envío
y cada cuánto: una vez, cada 30 o 60 días. El servicio promete discreción al entregar los condones (Playboy, Sico
y Prudence) en unas cajas “resistentes”, sin publicidad y
dentro de un sobre con remitente personalizable. Rubberit abarca toda la República mexicana, el primer envío tarda 72 horas, a menos de que se soliciten preservativos sin
latex para los cuales la espera es de cinco a 10 días hábiles.
La membresía mensual o bimestral no tiene plazo forzoso. La compra mínima es una mezcla de seis condones
(clásicos, con sabor, aroma o texturizados) y un lubricante
por $155 pesos.
“La idea es darle a la gente el control de su sexualidad.
Además incorporamos la parte filantrópica de donar un
condón por cada unidad comprada y realizamos jornadas
de educación sexual en diversas zonas del país. Es como
una especie de Frankenstein donde se regalan condones y
también se venden para generar ingresos y con ese dinero
tener un mayor impacto”.
Si bien los condones son para que los hombres los usen,
Rubberit está dirigida para ambos sexos y lo curioso es
que tiene más clientes mujeres. “Hacemos accesible que
ellas se protejan. Tiene mucho que ver con la comunicación: nuestra forma de tratar el sexo no es sexosa, ni sucia,
por lo que no te sientes oprimido en la conversación. Muchas empresas sí lo hacen”.
Rubberit se inició formalmente en octubre de 2012 y
para mayo de 2014 ya habían vendido un millón de preservativos. “Vamos cerca del segundo [millón] y queremos
más”, apuntó Alba.
El montar una tienda de condones por internet no ha
evadido a su fundadora de situaciones incómodas como
mujer. “Me han tocado reuniones o personas que creen
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InformationWeek México Abril, 2015
May alba, Rubberit.co
que porque yo vendo preservativos y hablo de salud sexual
estoy dispuesta a más de una cosa. Eso es algo que debemos cambiar”.
De acuerdo con la emprendedora, actitudes de ese tipo
no deben dejarse pasar o aceptar que son así. “Hay que
tener muchísima paciencia, pero también debes levantar
la voz y decir: ‘Estoy teniendo una reunión contigo, pero
no es de carácter personal, son negocios’. Siempre trato
de aclarar eso de la forma más honesta y educativa posible”, agregó.
Malas entre ellas
Fundadoras de su propio negocio, las tres CEO coinciden
en que la primera barrera de una mujer para emprender
está en ella misma. “Crecí pensando que no iba a ser más
que una mamá y esposa, porque vengo de León donde
la mentalidad es muy cerrada”, recordó Alba (Rubberit),
quien encontró como fórmula darse la libertad de equivocarse, “cometer todos los errores que pueda porque sé
que nadie espera más de mí. Si logro mis metas, cambio