Identidades Numero 4, Diciembre 2014 | Page 92

“guerreros”, porque el término tiene no sólo la acepción literal de “persona involucrada o experimentada en la guerra”, sino también el sentido figurado de “persona que demuestra o ha demostrado gran vigor, valentía o agresividad, por ejemplo, en la política o los deportes.” En el clima de hoy, en que el pie del opresor aplasta con fuerza los cuellos de los oprimidos, hemos descubierto guerreros comunitarios: son los que se arriesgan al abogar con su arte por el pueblo, la cultura, la comunidad y el país. Algunos de los guerreros más temidos de este mundo no fueron persas, zulús, espartanos ni apaches, sino poetas y músicos. Me senté a entrevistar a los guerreros David “D. Omni” Escalona y Raudel “Escuadrón Patriota” Collazo en un asado por la tarde en casa de la amable anfitriona Kenya C. Dworkin, quien también sirvió de intérprete. Ambos artistas tienen raíces muy profundas en su compromiso con la reunificación de los cubanos y comparten un intenso amor por su gente y país, lo cual se aprecia muy bien en la música de cada uno. D. Omni crea desde un espacio espiritual y acogedor tan sagrado como leer un poema rumi; Escuadrón Patriota tiene toda la potencia de los raperos estadounidenses Public Enemy o NWA. Sin embargo, ambos artistas con la unificación del país y el pueblo de Cuba. David “D. Omni” Escalona David Escalona se presenta como músico con el nombre artístico David “D. Omni”. Le pregunté sobre la voz espiritual en su música y cómo parecía que llegaba al alma, calmaba y llamaba a la acción, todo a la vez. “Así como hay una demanda mercantil, también hay una demanda espiritual y, como ser humano, también exijo ciertas cosas de mí mismo”, repuso David. Desde muy temprana edad empezó a sentir que la vida ofrecía algo más que no encontraba en la escuela. Tras abandonar los estudios a los 16 años, se enfrascó con las grandes religiones mundiales en busca de paz. “Sentí un deseo de abandonar las cosas. Quería estar en un lugar donde no hubiera política ni retórica social”. Su camino hacia el descubrimiento de esta paz lo llevó a explorar el 92 budismo, la cristiandad, el Islam, Hare Krishna, el judaísmo y hasta la francmasonería. “Empecé a conocer a otra gente que también se preocupaba por su estado espiritual. Nos reuníamos y dialogábamos”. Esa gente eran poetas y músicos. Como joven artista emergente, David creaba videos y se empeñaba en otras diversas formas de arte con ánimo de abrirse un espacio dentro de esta nueva comunidad. Ahora tiene 30 años y admite que no ha encontrado la paz, pero que ha madurado por medio de la comprensión. “El entender no es sólo por medio de la palabra escrita. No es lo mismo hablar del amor que sentir el amor. No es lo mismo hablar de la paz que estar en paz”. David está tratando de encontrar un estado de ánimo, un estado de ser —mucho más allá de la letra de las canciones— que pueda sentir en su corazón. Durante su presentación en City of Asylum, el público estuvo inmerso en los movimientos horizontales y verticales de su voz y cuerpo, que me hicieron pensar en los derviches sufíes que usan sus giros corporales como una forma de meditación activa diseñada para alcanzar la perfección. David afirma que está tratando de encontrar una paz perfecta; el sufí busca la paz al abandonar los deseos personales, escuchar música, enfocarse en Dios y girar el cuerpo como movimiento simbólico del sistema cósmico alrededor del sol. No comprendí todas sus letras, pero sí la música y el movimiento, que fueron contagiosos y quise lanzarme de mi asiento a dar vueltas y vueltas hasta encontrar mi propia paz. David me dijo que no era político, sino artista. No está dirigiendo ningún tipo de movimiento político. El mensaje de sus canciones puede tener algún enfoque político, pero es ante todo un artista igual que otros. Lo que tienen las letras de sus canciones es que comunican qué está pasando en su vida diaria. “Yo mismo tengo el mismo problema que los demás. El hecho que se me permita viajar no significa que vivo mejor en Cuba. Sufro lo mismo que los demás. Esa es mi realidad”. David ha sido perseguido por y tenido muchos encontronazos con la policía. Le gusta empoderar a su comunidad por medio de la música y asevera