el tipo de sociedad civil que falta en muchas nacientes democracias. Cultivarla desde el comienzo es asegurarla al final.
La conexión con Pittsburgh es doble. Durante los
últimos diez años, la ciudad ha adoptado prácticas
deliberativas de una manera u otra. Ha involucrado a grupos de fuera, como AmericaSpeaks y
EveryDay Democracy, así como a centros locales
como el Programa de Democracia Deliberativa
de Carnegie Mellon University. En 2013, hubo
una serie de talleres y eventos artísticos para la
delegación cubana que nos visitó, cuyos miembros querían establecer una línea de comunicación entre quienes trabajan para que Cuba sea más
democrática y quienes, aquí en Pittsburg, trabajan
para que la democracia sea más deliberativa. Juan
Antonio Alvarado, que ahora edita la revista
IDENTIDADES, y Kenya Dworkin, de Carnegie
Mellon University, quien ha reconocido desde
hace décadas la conexión entre Pittsburgh y la comunidad cubana, fueron instrumentales en juntar
a estos dos grupos.
Las conexiones continuaron este año con una segunda visita y la publicación, por Cuesta Morúa,
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del artículo “Debate Constitucional y Ciudadanos” en la revista IDENTIDADES. No hay duda
de que estos cubanos entienden bien y así mismo
lo entiende el alcalde Peduto, que ha respaldado
la recomendación de que Pittsburgh se convierta
en un centro de democracia deliberativa. Todos
han seguido sus palabras con acciones: talleres y
mesas redondas comunitarias en Cuba, y foros deliberativos en las reuniones y discusiones del
Consejo de Salud Pública en Pittsburgh, que incluyeron a ciudadanos en el proceso para seleccionar a un nuevo Jefe de Policía.
Benjamin Barber escribió hace poco que la disfunción que vemos en nuestra democracia a nivel
nacional y hasta estatal nos ha hecho volver a las
ciudades, donde la toma de decisiones necesita
volverse realista y la verdadera participación ciudadana puede marcar la diferencia. Por medio de
foros deliberativos, herramientas en línea como
MindMixer y Next Door, y presupuestos participativos, Pittsburgh puede servir de modelo a otras
ciudades y hasta a otros países. Como Cuba.
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