La sociedad civil en Cuba está en un momento
crucial. Su progresivo estado de madurez ha contribuido a las transformaciones cívicas y hay creciente interés en participar en escenarios
internacionales para dar a conocer la verdadera
realidad que padecen los afrodescendientes, tan
distorsionada por la elite gobernante.
El gobierno manipula para que no sea visible la
forma de discriminación directa, pero prima la
discriminación indirecta. Al vivir en las localidades más insalubres y tener acceso a los puestos de
trabajo de menor remuneración, es incuestionable
que los afrodescendientes son objeto de discriminación y por ello son la mayoría de la población
penal del país y en los puestos de trabajo donde
tienen que realizar un esfuerzo físico mayor con
muchísimo menor salario que en otros puestos.
Para conocer la problemática racial en Cuba e intentar resolverla se deben aplicar varias estrategias, entre ellas políticas de acción afirmativa,
con la intención no ya de eliminar, pero sí de minimizar la discriminación y enmendar viejas prácticas, igualar oportunidades y suscitar la
diversidad. Estas políticas de acción afirmativa
deben transformarse en capacitaciones y creación
de mecanismos de queja, estudios para determinar la dimensión y el alcance de la discriminación, sistemas de cuotas para los centros de
estudios y diferentes sistemas de admisión.
Se debe trabajar en el establecimiento de instituciones que realmente funcionen y aborden las manifestaciones del racismo, monitoricen la
legislación, acrecienten la visibilidad sobre la
problemática racial, produzcan y publiquen textos
y documentos, promuevan políticas y prácticas
para asegurar el tratamiento equi