Colombia y Cuba
en el escenario de la “Paz Tropical”
Mitchel J. Ovalle R.
Abogado y politólogo colombiano
Analista político internacional
Buenos Aires, Argentina
"N
o podemos ser indiferentes a un
proceso de cambio al interior de
Cuba… es tiempo de superar la
parálisis que lleva a la terquedad, por el bien del
pueblo cubano", fueron las palabras del reelecto
presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, en
su discurso inaugural de la Cumbre de las Américas celebrada en Cartagena de Indias (Colombia)
en abril del 2012. Muchos han sido los esfuerzos
que, durante décadas, los diferentes mandatarios
de Colombia han desplegado con el propósito de
mantener buenas relaciones dentro del complejo
contexto internacional para compensar de cierta
forma que a nivel interno, por motivo del conflicto armado que lleva más de 50 años desangrando al país, poco o nada de lo apostado por la
paz ha resultado efectivo.
Es evidente la actitud que han tenido varios gobiernos colombianos frente a una gran cantidad
de problemas internos: “Estando bien con los de
afuera, a lo mejor nos puedan ayudar en algo
con lo de adentro”.
Así se traduce coloquialmente la esperanza del
país en la cooperación internacional, que tiene
como colaborador de antaño al gobierno de los
Estados Unidos. La lucha por la paz continúa y
hay unanimidad en reconocer que la fusión del
apoyo externo con la buena voluntad de la insti-
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tucionalidad nacional es fundamental para desvanecer con prontitud la pesadilla del conflicto armado.
Ahora bien, tras la solidaria afirmación del presidente Santos, que evidenciaba por aquella época
una particular cercanía entre Colombia y Cuba, se
hizo pública meses despu