que dieron de comer a tanta gente. Daba mucho
sentimiento ver los camiones grandes esos desfilar por el medio del central, para La Habana con
todo cortado para chatarra.”7
No limita Gladys el canibalismo a “las personas
de por aquí”, sino que lo extiende también al gobierno. Y no es difícil suponer que el Estado protagonizó tamaña destrucción para dar curso a una
corriente extraordinaria de restos en la que “las
personas de por aquí” —o las “tiñosas” de que habla Reynaldo Castro— solo pueden pretender ganancia de pescadores.
El legado de Maylan Álvarez
Maylan Álvarez se suma, con La callada Molienda, a un grupo de autores que han estudiado
el fenómeno del cultivo del azúcar en Cuba y su
importancia para la nación. En las ciencias sociales, el testimonio resulta de una utilidad invaluable y, con los años, ha devenido un género dentro
de las investigaciones históricas.
El Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau premió La callada Molienda y se adelanta así en la
estimación de esta forma de rescate histórico
compilando registros de las existencias individuales. En declarac