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La mirada del otro Lo que hemos aprendido —y dejado de aprender— a partir de la participación pública en cuestiones de raza Matt Leighninger Vicepresidente para la Participación Pública Director, Yankelovich Center for Public Judgment Public Agenda Estados Unidos E n los últimos dos años, incidentes en EE. UU. y otras partes del mundo nos han recordado que las cuestiones de raza y diferencias son críticas para educar a los niños, garantizar la seguridad pública y lograr la gobernabilidad democrática. En esta era de #BlackLivesMatter [Las vidas de los negros importan] y #AllLivesMatter [Todas las vidas importan], la necesidad de un diálogo público sobre la raza ha surgido una vez más como evidente prioridad pública. Para entender mejor este reto y la oportunidad que entraña, debemos mirar hacia los intentos anteriores de participación del público en los debates sobre la raza, al efecto de identificar qué hemos aprendido, qué hemos conseguido y qué no fuimos capaces de lograr. En EE. UU. la raza ha jugado un papel clave para el desarrollo de las prácticas de participación pública no sólo en cuestiones de diferencias, sino también de educación, policía, inmigración, salud, presupuesto y muchas otras prioridades públicas. La raza fue el enfoque más común en la participación del público durante la década de 1990, con procesos que han tenido impacto sobre las prácticas de contratación, las decisiones de desarrollo económico y la redistribución terri- torial de las escuelas. Los esfuerzos para involucrar a los ciudadanos en cuestiones de raza arrojaron muchos resultados que valían la pena y ayudaron a publicar un manual de prácticas de participación efectiva, pero no provocaron cambios estructurales en el funcionamiento de las instituciones públicas. En otras palabras, si bien aquellos esfuerzos influyeron en las decisiones tomadas por funcionarios públicos, directores de escuelas y jefes de policía, amén de fortalecer las relaciones entre los ciudadanos y sus servidores públicos, no parecen haber surtido efectos duraderos sobre las formas en que los gobiernos locales, sistemas escolares y departamentos de policía toman decisiones e interactúan con el público. ¿Cómo aprendimos a hablar sobre la raza en la década de 1990? Al trazar la evolución de la participación del público, un punto de inflexión importante fue la serie de disturbios civiles con motivo racial que explotaron en las principales ciudades de EE. UU. a mediados de la década de 1990. Los casos turbulentos de Rodney King y O.J. Simpson revelaron un profundo abismo entre las percepciones raciales de los blancos y las personas de color. 38