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#Otro18: una propuesta
estratégica en marcha
Manuel Cuesta Morúa
Historiador y politólogo
Portavoz del Partido Arco Progresista
Coordinador Nacional de la Plataforma Nuevo País
Miembro del Comité Ciudadanos por la Integración Racial (CIR)
La Habana, Cuba
E
n el proceso de construcción del
Proyecto #Otro18 hemos venido
avanzando en dos direcciones esenciales: la definición de los contenidos generales de la conversación ciudadana en materia de sistemas electorales, ley de asociaciones y régimen legal de partidos políticos; y
la estructuración progresiva de alianzas
entre organizaciones políticas, de la sociedad civil y de actores sociales. De cara al
futuro es necesario dar un triple paso: nacionalizar la conversación ciudadana sobre
cambio legal y constitucional; afinar con
rigor las herramientas de la democracia
deliberativa: la encuesta deliberativa, las
reglas y requisitos para moderar la conversación deliberativa; y convocar a expertos en
reforma constitucional y en teoría política,
especialmente en procesos de transición. En
#Otro18 hemos asumido el concepto minimalista de reformas parciales y graduales en
un continuo procedimental, que concreticen
los cambios posibles para la gente, evitando
la percepción ciudadana de un proceso
meramente teórico, general e intelectual sin
significado práctico. Hemos convenido
también en la viabilidad política. Sin esta
consideración, las reformas legal y constitucional no podrán llevarse a vías de hecho en
una evaluación real de los campos de fuerza
internos. Es importante que la gente perciba
que efectivamente pueden llevarse a cabo
cambios reales y concretos articulados desde
la sociedad civil y política cubana. Tal
enfoque supone el reto de conectar lo parcial
tanto con lo general como con los fundamentos del proyecto. Tienen que combinarse
la reforma parcial con la reforma del contexto constitucional y con los principios constitutivos del derecho constitucional, único
modo de abrir la reforma constitucional al
continuo procedimental y a un proceso en
cascada, de otorgarle coherencia interna y de
anclarla en las bases del liberalismo político,
sin el que no hay democracia posible. Una
nueva ventana de desafíos se abrió con esta
perspectiva de reformas puntuales en el
espacio legal. Una reforma en estos ámbitos
no significa en sí misma una reforma constitucional. Ellos pueden modificarse en un
sentido progresivo sin tocar el núcleo de la
constitución ni afectar su espíritu o sustancia. La ventaja de ir ahora de lo concreto a
lo general está en acercar el cambio tanto a
procesos medibles como a la gente, generando y garantizando una percepción de
viabilidad y de proceso real. El desafío tanto
político como intelectual es que este enfoque
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