IDENTIDADES 1 ESPAÑOL IDENTIDADES 8 ESPAÑOL | Page 121

ni la rentabilidad, el trabajo con el Estado no logra convertirse en fuente de riquezas para la sociedad ni en condición para satisfacer la estructura de necesidades de las familias. No es un motivador social. Tanto el monto como la estructura salarial no cubren el precio de las mercancías en los mercados más dinámicos y estables: el mercado en divisas y el mercado informal. Ni los mercados estatales ni la distribución racionada ofrecen estabilidad a la canasta básica. Los cubanos se ven obligados, por tanto, a buscar su economía dineraria fuera del Estado y a desarrollar su ética del trabajo fuera de la economía oficial. El enfoque del gobierno hacia el trabajo reproduce también la mentalidad criolla y concibe al trabajador en actividades autónomas e independientes, que favorecen la libertad y movilidad horizontal del mercado laboral y con ello la innovación, la rentabilidad y la riqueza, pero solo como complemento de la economía burocrática. Para el gobierno, aquel trabajador es un proletario en las fronteras de la empresa estatal y doblemente limitado: por la inseguridad jurídica de su propiedad y por la incapacidad de acumular activos productivos. El gobierno pretende seguir endosando el trabajador a la burocracia y a los grandes conglomerados humanos, siempre improductivos, pero garantes del control extraeconómico, como en las antiguas haciendas españolas y criollas. La ética del trabajo del gobierno está más vinculada estructuralmente al gasto y derroche en proyectos simbólicos y suntuarios de valor político que a la produ