IDENTIDADES 1 ESPAÑOL Febrero 2017 | Page 13

visualización común entre ellas es que son negras o mestizas y evidentemente pobres , pero tras esta primera impresión hay muchas más similitudes . Entrevisté a tres mujeres en medio de sus luchas callejeras : Dora , recolectora y vendedora de artículos reciclados ; Martha , revendedora de medicamentos ; y Machi , vendedora de pasteles . Para mi sorpresa todas tenían el mismo puestos de trabajo el sistema laboral estatal :
eran auxiliares de limpieza . Una en un almacén , otra en una escuela y la otra en un hospital . Y tenían el mismo motivo para sus vendutas : cubrir las necesidades básicas que no garantizaba el mísero salario de su trabajo para el Estado . Dos de ellas habían estudiado una carrera universitaria que ejercieron por un tiempo , pero tuvieron que dejarlas .
Machi , de 27 años , se vio en una disyuntiva ética . Tras graduarse como abogada en la Universidad de Oriente , trabajó en un bufete que decidió abandonar antes de caer presa . “ La única manera de ganar dinero allí era recibiendo sobornos por hacer cosas que violan la ley . Tengo una hija y cada vez que me veía obligada a hacer algo ilegal lo hacía con miedo de que se supiera y decidí irme de allí , para mi tranquilidad ”. Sólo que encontrar un nuevo trabajo no es fácil en las depresivas circunstancias económicas de la actualidad . Para ella hubiera sido ideal montar su propio negocio , pues le encanta la repostería , pero no tiene capital y por eso vende pasteles en las calles y en su centro de trabajo . Cada mañana sale con 30 pasteles en su contenedor . “ Los vendo a 2 pesos ; tengo mis clientes , que ya me ven y vienen a buscarlos . De vez en cuando me hacen encargos para fiestas y la ganancia mejora . Por ahora voy tirando ”. Marta se graduó de técnica en locomotoras y fue ubicada en ferrocarriles . Al preguntarle porque escogió una profesión tan inusual para una mujer , me dijo que no había mucho entre qué escoger al terminar la
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