IDENTIDADES 1 ESPAÑOL Febrero 2017 | Page 10

cultura bajo la acusación , entre otras cosas , de usar fondos financieros de origen dudoso . Y así el festival , en su mejor momento , dejó de pertenecer a sus creadores de la noche a la mañana . La victimización del arte se ilustra también en “ El rock en Cuba …”, de Marcia Cairo . Tras convertirse al triunfo de la revolución en género proscrito y perseguido como peligro social , el rock ha venido abriendo algunos espacios , aunque sometidos a revisiones y censuras de todo tipo . Y en aquellos lugares donde logra algún impacto popular y ganan prestigio , los espacios son generalmente clausurados . Cuando los proyectos y creaciones artístico-culturales se ponen a disposición de la población , no solo contribuyen a la meditación colectiva de los problemas de la vida diaria , sino también a la concientización de la necesidad de cambios sociales y la importancia de la participación de todos para lograrlos . Desde luego que así se transgreden los límites fijados por el control totalitario . Viene entonces a colación el trabajo de Manuel Cuesta Morúa “ Soma : la píldora contra el silbido y la risa de la cultura ”. Con esta metáfora se aborda la detestable práctica de sublimar las contradicciones de la vida social — sobre todo su expresión en el movimiento cultural alternativo — en correspondencia con el dogma de Fidel Castro en sus Palabras a los intelectuales ( 1961 ): “ Dentro de la revolución todo , fuera de la revolución nada ”. Su aplicación se convirtió en el cimiento que justificó , sin la menor posibilidad de confrontarlo , las consecuencias más nefastas para la cultura cubana . Al respecto Cuesta Morúa apunta : “ De modo que , dondequiera que aparezcan el silbido y la risa de la cultura que nace de su fuente más auténtica , la sociedad , aparece el Soma del discurso cultural del poder tratando de releer y reconducir el mundo que les sorprende .”
El proyecto cultural de la revolución , ideado para mantener su control ideológico y socio-cultural , ha ejercido perniciosa influencia sobre otra manifestación artística : la pintura . Así lo demuestra Frank Correa en “ Pintores autóctonos en La Habana ”. El autor toma como ejemplo tres representantes del arte pictórico que , como amantes de lo que hacen , no han dejado crear , pero han terminado en el ostracismo de sus hogares y muchas veces usan su valiosa obra para sobrevivir , obligados a ofrecerlas en humillantes y dolorosos trueques o ventas . Esta sección finaliza con la reflexión de Leonardo Calvo sobre los “ Honores inmerecidos y poca honestidad cívica ” reflejados en la increíble distinción de Alicia Alonso como “ Hija Ilustre de Callejón de Hamel ”, al cual la afamada bailarina no hace ninguna gala . No son pocos los exponentes de la danza cubana que han sido víctimas y dejado constancia del racismo de la directora del Ballet Nacional de Cuba . Además de insólita y ridícula , la distinción corrobora que , desde las esferas del poder , pueden tomarse decisiones sin importar la verdadera trascendencia ni la coherencia con la verdad histórica . Y como precisa Calvo Cárdenas , “ es más lacerante ver cómo quienes se presentan como luchadores contra el racismo guardan silencio indigno ante semejante agravio . Los activistas antirracistas oficialistas se muestran más preocupados por agradar al poder que por denunciar de manera consecuente las desigualdades e injusticias que padecemos .” Dada esta situación resulta incuestionable que el desarrollo e implementación de políticas y proyectos para enfrentar el desastre nacional pasa necesariamente por un proceso hacia la democratización del país . Y en este empeño han decidido enfrascarse los promotores de las “ Mesas de Iniciativa Constitucional …”, como dan cuenta Manuel Cuesta Morúa y el autor de
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