IDE Online Magazine Noviembre 2016 | Page 11

Otro de los proyectos presentados fue el de Enrique Montero de la Universidad de Cádiz: “Ecopuertos” consistente en la recogida de residuos del mar por pescadores de Motril. La diferencia con otras iniciativas, según Montero, es el estudio pormenorizado que se hace del residuo ya que se caracteriza y se crea un mapa de localización que permite estimar el origen de los mismos, dando soluciones locales y pormenorizadas.

Una iniciativa también en este campo es la Jornada Europea de Limpieza de espacios públicos “Let’s Clean-Up Europe!” desarrollada en 30 regiones de Europa, entre ellas Cataluña, con la coordinación de la Agencia Catalana de Residuos, y en la que participan unos 500.000 voluntarios que han recogido 12.240 toneladas de residuos entre 2014 y 2016. Pilar Chuva destacó que lo importante no era la cantidad, sino la concienciación que se produce.

Diseño de productos sostenibles con plástico reciclado y reciclable es el tema que se trató en la tercera mesa. En ésta, Enrique Moliner, Investigador del Departamento de Sostenibilidad y Valorización Industrial de AIMPLAS, presentó varias herramientas de gestión ambiental que permiten cuantificar los impactos medioambientales de procesos y productos. Así, herramientas como la huella de carbono, el análisis del ciclo de vida o las ecoetiquetas, pueden “emplearse para medir y comunicar los beneficios ambientales del reciclado de plásticos”. Su uso es “clave” para expresar el “valor ambiental de los plásticos reciclados” y emplearlas como un “factor competitivo”.

Cada vez más industrias ponen productos sostenibles en el mercado. Plásticos Romero es una de ellas. Es la primera empresa no alemana en certificarse para producir bolsas de plástico reciclado bajo la ecoetiqueta Ángel Azul, imprescindible para expandirse por el norte de Europa. La carpintería de PVC es otro ejemplo de material sostenible por sus excelentes propiedades de aislamiento térmico y acústico. Su reciclado es “tan antiguo como su propia invención” en 1931, recordó la asociación ASOVEN.

En la última mesa, sobre las Iniciativas innovadoras para desviar plásticos del vertedero, Eva Verdejo, responsable de Sostenibilidad y Valorización Industrial de AIMPLAS, presentó un proyecto -desarrollado por este centro tecnológico y la empresa Barpimo- sobre reciclado químico. El proyecto, consiste en la obtención de resinas de poliéster y barnices a partir de residuos complejos de PET que hoy tienen una baja reciclabilidad. Solución complementaria a otros procesos de valorización como el reciclado mecánico.

Se presentaron también nuevas tecnologías en la valorización energética de plásticos, como la BluePlasmaPower, desarrollada por una PYME tecnológica de Castellón que sirve para obtener energía eléctrica y biocombustible.

Además se vieron tecnologías aplicadas al reciclado mecánico, como la que presentó ECOFRAG, con su innovadora tecnología de fragmentación por agua que permite una separación de materiales y una reducción de tamaño de los residuos a medida o la dedicada al reciclaje mecánico de mallas y cuerdas de uso en agricultura “sin agua ni fluidos químicos”, de la francesa Recyousest, con el que se puede evitar la emisión de 14.000 toneladas de CO2.

La jornada se cerró, con la presentación de la empresa Zicla que fabrica elementos clave para nuestras ciudades, donde empiezan a aparecer asfalto reciclado, prefabricados de hormigón, separadores de carril bici, productos de jardinería o piezas para los coches.

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