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- 65 - CONSERVAR UNA CANCION EN EL CORAZON La mejor herramienta del diablo El diablo estaba escaso de dinero —según cuenta relato—, y decidió vender algunas de sus herramientas. Anunció el día en que se llevaría a cabo la venta, sus ángeles malos volaron a todas partes llevando noticia. A la hora señalada, una multitud de clientes llegó al salón de venta. En seguida se dieron cuenta que el demonio había puesto a la vista todas sus herramientas con sumo cuidado. Viendo la exposición, encontraron una herramienta pulida y brillante, con una etiqueta puesta que decía “Celos”. A su lado en el mostrador estaba otra bastante parecida que se llamaba “Envidia” y al otro lado otra llamada “Codicia”. En otro estaba “Impureza” y “Apetito Desenfrenado”. Había muchas herramientas juntas, y cada una tenía una etiqueta con su precio. “¡Caballeros!” La multitud se calló mientras Satanás, de pie en una plataforma a un extremo del salón, se dirigió a los presentes. “Quiero que sepan que el precio marcado en las etiquetas es el precio inicial. Las herramientas serán vendidas al cliente que ofrezca más dinero sobre esa cifra”. “¡Ay!”, dijo uno de los presentes mientras se dirigía a su compañero. “¡Mira esto!” Una de las herramientas, afilada como una lanza, estaba sola sobre el mostrador. El nombre que tenía era “Desánimo”, el precio es más alto que todas las demás herramientas, lo que había asombrado al cliente. “Me pregunto por qué Satanás pide tanto por ésta. Así que iba a investigar el motivo, pero en ese preciso momento comenzaba la subasta. Se vendieron todas las herramientas. Pero al final había quedado “Desánimo” sin venderse. Nadie la había comprado. Nadie había podido pagar su precio. Por fin los dos visitantes pudieron hablar con el diablo. “Por qué usted cobra tanto por esa herramienta que parece tan sencilla?” “Ah, sí “, los ojos del maligno brillaron con chispa maliciosa. “El ‘Desánimo’ es mi herramienta más útil. Con ella puedo lograr que el más fuerte de los santos se doblegue a mi voluntad. Los santos creen que esa herramienta viene de Dios. Pero si yo puedo lograr que un hombre, una mujer, un niño o una niña empiecen a decir, ‘De qué me vale? ¿De qué vale guardar el sábado? O, ¿por qué tener que ser tan diferente? ¿De qué vale ser cristiano?’ Puedo lograr que ellos hagan cualquier cosa que yo quiera. Puedo lograr que sean celosos, o egoístas o faltos de bondad. Puedo hacer que sean mentirosos o den rienda suelta al mal genio o desobedezcan a sus padres. hasta puedo hacer que mientan y roben. Por eso le fijé un precio tan alto a esa herramienta. Yo no quiero venderla”. [email protected]; [email protected]