IAG EL SENDERO DE LA FELICIDAD EL SENDERO DE LA FELICIDAD | Page 49

- 49 - vale la pena que cuides tu cuerpo. Y mientras mas temprano en la vida empieces, tanto mejor. Supongo que estarás contento de saber estas cosas desde ahora para poder empezar con tiempo, ¿no es Cierto? Decisión desde el principio La habitación estaba llena de muchachos. Ya casi era la hora de comer. Un hombre entró, dio dos palmadas y todos quedaron en silencio. “Tengo un anuncio importante que hacer’, dijo el hombre. “El rey ha decidido que de ahora en adelante la alimentación de ustedes va a ser igual que la del rey, la mejor y más delicada alimentación del país. El espera que ustedes coman bien para que puedan ayudarle a extender la gloria y el poder de su reino Se abrieron otras puertas, y entraron sirvientes llevando bandejas llenas de alimentos exóticos. ¡Cerdos, jamones, quizás pavos asados y grandes botellas de vino! Se escucharon muchas expresiones de alegría. ¡Qué comida! ¡Qué comida tan perfectamente deliciosa! ¡No sería necesario que el rey los obligara a comer! Pero había cuatro muchachos que no estaban contentos. Eran jovencitos. Se habían criado en hogares donde se adoraba a Dios, y toda su vida habían sido enseñados que no debían comer esas cosas. Ya los sirvientes habían colocado frente a ellos platos llenos de estos alimentos. ¿Por qué no comerlos? Sus familias no se enterarían. Sus casas quedaban a 900 kilómetros de distancia, yendo por el camino más corto. Los cuatro muchachos miraron a su alrededor. Todos los demás ya estaban comiendo. Si sólo cuatro dejaban de comer, seguramente se burlarían de ellos. ¡O quizás les pasaría algo peor! El rey había prometido darles educación. Iban a ser enseñados para ser gobernantes y ayudantes del imperio. Si ellos proseguían ahora, estudiarían y más adelante serían nombrados para ocupar puestos importantes en distintos lugares y podrían ejercer una tremenda influencia para el bien, más tarde. Pero si ellos molestaban ahora con algo sin importancia, desde el mismo principio, probablemente Echarían fuera. Serían acusados de no respetar al De no apreciar lo que el rey quería para ellos. No recibirían educación ni ocuparían posiciones en el gobierno, ni tendrían oportunidad de contar a la gente en cuanto al amor de Dios. Quizás perderían hasta la vida! Quizás sería mejor por el momento fingir, hacer Que hacían los demás y establecerse como ciudadanos regulares. ¡Ya habría tiempo más adelante para hacer los cambios, para dar a conocer a la gente Ellos adoraban a Dios! ¡Pero, miren! ¡Miren a esos cuatro muchachos! Están levantando de la mesa! ¡Se dirigen para hablar con el encargado! ¡Le están diciendo que ellos [email protected]; [email protected]