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- 44 - Jaime se mantuvo en sus principios. Consiguió un trabajo temporal con un sueldo reducido. Trabajó tan fuerte que pronto llegó a ser socio del hombre que lo había empleado. No mucho después llegó a ser dueño del negocio, donde se vendían mercancías en general, camisas, zapatos, sábanas y telas. En 1924 abrió en Hamilton, un pueblo de Estados Unidos donde se había criado, una tienda de mercancías en general. ¡Era su tienda número 500! Probablemente alguno de ustedes haya comprado alguna vez en alguna de las tiendas de Jaime. El tenía unas 1,700 tiendas cuando murió hace pocos años. Tenía más de 90 años de edad y era multimillonario. Conoces bien su nombre, lo has visto al frente de alguna tienda: J. C. Penncy. El siempre creía que la mejor manera de tener éxito era haciendo honestamente su trabajo y dando al público buena calidad Precios razonables. Intenta este método. Al él le dio resultado. Mira a ver si te da buen resultado a ti también. Jesús siempre hizo su parte honestamente. Aun cuando era muchacho, “No quería ser deficiente ni aun en el manejo de las herramientas. Fue perfecto como obrero, como lo fue en carácter. Por su ejemplo, nos enseñó que es nuestro deber ser laboriosos, Que nuestro trabajo debe cumplirse con exactitud esmero, y que una labor tal es honorable” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 53). Rosita la fingidora Rosita era fingidora. Cada vez que tenía que hacer algo que no le gustaba hacer, se fingía enferma, aunque ya estaba en colegio superior y debía haber madurado en carácter. Por ejemplo, si había un examen y Rosita no estaba lista para tomarlo, ella movía los ojos, se frotaba la frente y gemía: “¡Ay! Me siento mal. Hoy no podrá tomar ese examen”. Después de un tiempo, la señorita Camacho, la enfermera de la escuela, empezó a sospechar. Ella notó que Rosita nunca se enfermaba cuando se trataba de hacer lo que le gustaba. Pero ella tendría que tener mucho cuidado de no acusarla de mentirosa, porque sabía que la muchacha podría armar un escándalo. De manera que la señorita Camacho no dijo nada y esperó la oportunidad. Y en el debido momento, Rosita se descubrió a sí misma. Sucedió el fin de semana que la banda del colegio iba a salir a una gira. Rosita era miembro de la banda y se esperaba que fuera. Pero el sábado por la noche habría un programa en el colegio que ella no quería perderse. Yo creo que su novio tenia que ver algo con el asunto, pues le había pedido que se sentara con él. Así que, justo antes de que la banda saliera el viernes, la señorita Camacho recibió un mensaje. “Dice Rosita que tiene dolor de garganta y que la excuse de salir con la banda”. [email protected]; [email protected]