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A pesar de todos los problemas que Jesús tuvo que afrontar, siempre
fue amigo del hombre. “Desde sus mas tiernos años, fue dominado por
un propósito: vivió para beneficiar a otros”.
(El Deseado de Todas las Gentes, Pág. 51). Jesús vivió en un hogar de
artesanos, y con fidelidad y alegría desempeño su parte en llevar las
cargas de la familia” (Ibíd. ;) Pág. 52).
“Jesús oraba para aliviar todo caso de sufrimiento que viese. Tenia
poco dinero que dar, pero con frecuencia se privaba de alimento a fin de
aliviar a aquellos que parecía mas necesitados que el. Sus hermanos
sentían que la influencia de el, contrarrestaba fuertemente con la suya.
Poseía un tacto que ninguno de ellos tenían ni deseaban tener. Cuando
ellos hablaban duramente a los pobres seres degradados, Jesús
buscaba a esas mismas personas y les dirigía palabras de aliento. Daba
un vaso de agua fría a los menesterosos y ponía quedamente su propia
comida en sus manos.
Y mientras aliviaba sus sufrimientos, asociaba con sus actos de
misericordia las verdades que enseñaba, y así quedaban gravadas en la
memoria”. (Ibíd.; pág., 66).
A veces sucede, y siento decirlo, que a ciertos Conquistadores les da por
pensar con orgullo de ellos mismos. “Nosotros guardamos el sábado”,
dicen. “Tenemos la reforma pro salud y escuelas cristianas y espíritu de
profecía”. Bien todo esto es correcto, pero hay muchos jovencitos que no
tienen estas cosas y pueden darnos buenos ejemplos de cómo ser
amigables con los necesitados.
La cosecha de mangos
Lo que el señor López veía a través de la ventana debía haberlo hecho
feliz. Pero en su lugar, lo dejaba muy triste.
¡Cinco acres de mangos maduros y listos para cosechar y el no tenia
fuerzas para hacerlo!
La mayor parte de su vida, había sido bombero, cosechar los mangos
todos, los años le parecía un juego de niños. Pero había tenido un
accidente y ahora tenia que quedarse en la casa, inutilizado,
observando los mangos madurándose y pudriéndose.
-- Deja de preocuparte por lo mangos – le dijo su esposa desde la otra
habitación --. No es tanto lo que vamos a perder si no los cosechamos.
-- Laura, Laura, ¿no entiendes? – Respondió
el señor López
pacientemente --. Tenemos que pagar impuesto de cinco acres y
después de todos los gastos médicos a causa de mi accidente, no de
donde vamos a encontrar el dinero.
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