IAG EL SENDERO DE LA FELICIDAD EL SENDERO DE LA FELICIDAD | Page 24

- 24 - Mota levanto los ojos, como rogándole al pastor. ¡Sentía tanto frio y estaba tan cansada! ¿Tendría que salir otra vez? El pastor hubiera querido decirle que podía quedarse, pero, ¿Que le pasaría al corderito si mota, no lo rescataba? “Mota”, le repitió mas firmemente esta vez, falta un cordero, sal y búscalo”. Obedientemente, mota se paro, y dejando sus cachorritos, salio bajo la tormenta. Pero, ¿Por donde iría? Había mil lugares donde podría estar el corderito. Y el viento rugía, arrastrando más nieve y cellisca sobre la montaña. Mota busco durante varias horas. Muchas veces el pastor se paraba en la puerta, mirando a través de la tormenta, escuchando alguna señal de su fiel perrita. Era casi medianoche cuando la oyó rasguñando en la puerta. Rápidamente la abrió. Mota había regresado, y traído al corderito. “Muy bien, Motita”, dijo el pastor, dándole una palmadita. “Ahora, vete donde están tus cachorritos”. La noble perrita se arrastro cansada hacia sus cachorritos y el pastor atendió al corderito. Tenía que secarlo y abrigarlo cerca del fuego porque estaba helado. Por ultimo, cuando estuvo atendido el corderito, se acerco para atender a Mota. En el rincón encontró a los cachorritos llorando lastimosamente a su lado. ¡Allí estaba la perrita muerta sobre le piso! Había dado su vida para salvar al corderito. Eso nos recuerda lo que Jesús hizo por nosotros, ¿N o es cierto? El vino a este frio mundo a salvarnos y fue leal a su blanco hasta que le costo la vida. Cuando escuche lo hizo Mota, me pregunte si nosotros estaríamos listos a hacer lo mismo por nuestros amigos que están perdidos en el mundo. ¿Que será de esos compañeros de clases que se sientan a nuestro lado todos los días en la escuela, pero no son miembros de la iglesia? ¿Estamos tratando de ayudarlos a encontrar el camino de regreso a Jesús y al redil celestial? Quizás sean diferentes a nosotros, y no sea fácil ser sus amigos. Pero si somos verdaderos cristianos, haremos algo para que se salven. Si somos leales, entonces, por la gracia de Dios, lo intentaremos. [email protected]; [email protected]