Historias de vida ZIKA Soledad | Page 9

En su diario vivir “tanqueando”, conoció a otro hombre, él solo llegó en un carro par�cular, bajó el vidrio, y le llamó poderosamente la atención: “Dios, qué lindo, mis compañeras me decían, a mí no me parece lindo, ay es simpá�co, no es maluco”. Ella lo atendió, le dio su factura y él sugirió que se quedara con los $10.000 de cambio como propina: “Yo le dije, no, cómo se le ocurre, no quédate con los vueltos, y a par�r de hoy esta bomba es la que va a tanquear mi carro”. Siguió yendo sin falta, por muchos meses y así empezaron a conocerse, cual fue la sorpresa de Ana cuando casi un año después le contó que era el hijo adop�vo del dueño de la empresa: “Él me dice, te voy a invitar a mi casa, yo le dije, pero yo estoy en uniforme…, no importa, cuando llego a la casa estaba mi jefe sentado, la mamá…, me dice, sí, ellos son mis papás”. La relación siguió adelante con algunos problemas que fueron aumentando a causa de la celo�pia de su pareja, con él sostuvo también relaciones sexuales no protegidas: “Yo nunca me mentalicé en cuidarme, yo no soy de las mujeres de que… tuve como ese cuidado de cuidarme…, y las veces que lo hacíamos pues nunca pasó nada”. Celebraron su primer aniversario, Ana cree que ahí quedó embarazada. Cierto día, estando en su trabajo, posterior a una fuerte lluvia, se “se desató una mosquitera…, Yo decía parece una maldición, era horrible…, me decía, pero eso parece dengue…, la mosquitera rodeó toda la bomba”. Para ese momento ella ya contaba tres meses de embarazo, sin notarlo, tal como sucedió en su primera gestación; sí había escuchado hablar de Zika por la televisión, sin prestarle la debida atención. Las picaduras del mosquito comprome�eron todo su cuerpo, ese mismo día le empezó la fiebre y se sin�ó muy mal, al terminar su turno regresó a casa, donde los síntomas avanzaron, la sudoración extrema, el temblor y el dolor en todo su cuerpo la obligaron a consultar en su EPS, donde el profesional que la a�ende le dijo: “ESO DEBE SER UN VIRUS QUE ANDA POR AHÍ”; al �empo que le preguntó si estaba embarazada y dijo: “La verdad no, de hecho, la regla se me fue ayer, me dice, por protocolo vamos a hacerte una prueba de embarazo”. Le hicieron la prueba cuyo resultado fue nega�vo, la médica queda tranquila, le prescribe el tratamiento para los síntomas, más dos días de incapacidad y regresa a su casa; una semana después estando en su trabajo le aparece el brote en su cuerpo. Su novio llega y le pregunta qué �ene, ella responde: “No sé, pero mira todo lo que me ha salido en el cuerpo, y no puedo cerrar bien las manos, me duelen mucho las coyunturas, me dice…, vámonos para la EPS. Allí le reafirman que �ene Zika, le preguntan nuevamente si están embarazada, ella responde que no y que de hecho dos días antes le habían hecho una prueba de embarazo que resultó nega�va. Deciden hospitalizarla para nuevos estudios, incluida una nueva prueba; los exámenes con excepción de una anemia leve, salieron bien, incluida la prueba nega�va de embarazo. Los profesionales de la salud le afirman que “si la prueba hubiese salido posi�va el bebé no nace, yo de una te hago un aborto, aunque no está en mí, porque cuando nosotros estudiamos medicina, nosotros hacemos un juramento, que no prac�camos abortos, pero como está…, el Zika, está la aprobación porque es una enfermedad que daña muchos fetos, entonces eso está aprobado por la Ley, a Dios gracias no estás embarazada”, siguió el tratamiento y aparentemente mejoró.