Historias de vida ZIKA Soledad | Page 11

ELLA SIMPLEMENTE QUEDÓ EN SHOCK Ella simplemente quedó en shock, de su boca no pudo salir palabra, cuando logró volver a la realidad solo dijo: “Usted me está diciendo que le firme este papel para que maten a mi hijo, eso es lo que usted me está queriendo decir, me dice no lo tomes así, date cuenta, es un bebé que viene a sufrir al mundo, que probablemente no viva, que probablemente se muera al nacer, no le des la oportunidad de que pase eso, simplemente déjalo ir”. Ella solo lloraba, más tarde el Perinatólogo la aborda, le explica que el resultado de su gestación pudo ser por efecto del Zika que padeció y le confirma que: “En su caso se puede prac�car el fe�cidio porque está dentro de la Ley, pero como ya �ene siete meses es un riesgo muy grande, tú verás si lo coges o no”; y el médico le explica en detalle extremo el procedimiento. La decisión de Ana frente al procedimiento se mantuvo en permanente ambivalencia: “El médico me dijo lo que había que hacer, yo para dentro de mí dije, sería lo mejor, porque uno no puede traer hijos al mundo a sufrir”. No se en�ende la razón por la cual Ana fue requerida por el cuerpo médico a escribirle una carta al Ministerio de Salud donde pedía permiso para prac�carse un “fe�cidio” explicando: “Tuve Zika de tres meses de gestación, me estoy enterando que estoy embarazada, voy para siete meses…, y la niña viene muy mal…, y los médicos me han dicho pues que si la niña nace se muere, entonces yo quiero prac�carme el fe�cidio…, entonces yo les pido que escuchen lo que yo les estoy mandando por este medio y que me aprueben el aborto”. Según ella el Perinatólogo le informó que esa carta iría acompañada de su reporte, para que la complejidad del caso se entendiera, más cuando Ana se enteró tardíamente y con múl�ples pruebas nega�vas de embarazo prac�cadas, que estaba embarazada y que el feto tenía las consecuencias del Zika y también le dijo: “Tu caso es más complejo, tu caso es el más interesante, porque…, el mismo virus, las mismas larvas hacían de que tus exámenes salieran nega�vos. Entonces, tu caso es como más complejo…, más estudiable, entonces de igual forma, tú me firmas esto, me pones tu número de cédula y nosotros mandamos una copia”. Cuando Ana terminó de redactar su carta y se la estaba entregando a la Psicóloga, su madre se la arrebata de las manos y la rompe en pedazos, pese a que el médico advierte que estaba obrando mal porque Ana era mayor de edad y podía decidir qué hacer con su bebé y consideraba que lo estaba haciendo a conciencia, pues sabía que ese “bebé va a venir a sufrir al mundo, quizás no se muera cuando nazca, pero va a vivir muy complicado, le van a dar paros, entonces, yo como papá diría que mejor sacaran ese bebé ahora, para que la niña no nazca y sufra, la mamá, no tenía ningún derecho a romperla”. La madre de Ana solo respondió: “Que ella era muy creyente y Dios no es un Dios de abortos, de matar vidas, yo dije, pero es mi decisión y yo soy la mamá, y me dijo, mientras yo esté aquí tú no vas a hacer nada”. Ana vuelve y le reclama: “Tú estás siendo consciente que esto es para toda la vida, esto es traer un hijo al mundo a sufrir, es a verlo mal, es a verlo me�do en una sala, me dijo no importa, Dios le da pruebas a uno, que uno puede superar”; finalmente Ana sucumbe ante el poder de la madre y decidió no aceptar. La dejan hospitalizada para terminar el embarazo y a los ocho meses inicia trabajo de parto, con fuertes contracciones, sensación que jamás había sen�do, ella ya estaba catalogada como: “LA NIÑA DEL ZIKA,