aist
Todos
somos
uno
Me permito tomar este espacio
y aprovechar la edición de la
revista para agradecer a todos
los miembros, amigos y grandes
colaboradores de la AIST
México, que admirablemente nos
donan su valioso tiempo para
llevar a cabo y organizar las
diferentes actividades que esta
Asociación realiza:
Y recordarles a todos
lo importante que es su
participación, por medio de esta
hermosa reflexión:
Luis, que regularmente asistía a las reuniones de un
determinado grupo, sin ningún aviso dejó de participar
en sus actividades.
Después de algunas semanas, una noche muy fría
Pedro, el líder de aquel grupo, decidió visitarlo.
Encontró a Luis en casa, solo, sentado frente a una
chimenea donde ardía un fuego brillante y acogedor.
Adivinando la razón de la visita, Luis, dio la bienvenida
a Pedro, lo condujo a una silla grande cerca de la
chimenea y se quedó quieto, esperando una pregunta.
Se hizo un grave silencio. Los dos hombres sólo
contemplaban la danza de las llamas en torno de los
troncos de leña que crepitaban.
Al cabo de algunos minutos Pedro, sin decir palabra,
examinó las brasas que se formaban y cuidadosamente
seleccionó una de ellas, la más incandescente de todas,
retirándola a un lado del brasero con unas tenazas.
Volvió entonces a sentarse, permaneciendo silencioso e
inmóvil después de solicitar permiso para fumarse una
pipa. Luis prestaba atención a todo, fascinado pero
inquieto. Al poco rato, la llama de la brasa solitaria
disminuyó, hasta que sólo hubo un brillo momentáneo y
el fuego se apagó repentinamente.
En poco tiempo, lo que era una muestra de luz y de
calor, no era más que un negro, frío y muerto pedazo de
carbón recubierto por una leve capa de ceniza.
Muy pocas palabras se dijeron después del saludo entre
los dos amigos.
Pedro, antes de prepararse para salir, con las tenazas
blandió el carbón frío e inútil, colocándolo de nuevo en
medio del fuego.
De inmediato la brasa se volvió a encender, alimentada
por la luz y el calor de los carbones ardientes en torno
suyo.
Cuando Pedro se dirigió a la puerta para retirarse,
Luis le dijo gracias por tu visita y por tu bellísima
lección, regresaré al grupo. ¡ Te veo Pronto !
Esperamos verlos pronto como miembros activos de
AIST Capítulo México, y que en conjunto logremos que
la aportación de cada uno de nosotros se convierta en
una inmensa luz de guía para las futuras generaciones.
¡Únanse al comité de su preferencia y contribuyan al
desarrollo de la industria Acerera en México!
Myrna Molina
AIST México A.C.
Para registrarse como miembros o renovar su membresía:
https://www.aist.org/membership/membership-application-mexico favor de elegir membresía dual, cuyo total a pagar es de USD 104.00
www.aistmexico.org,mx
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